La demanda de alquileres se dispara en Asturias por la incertidumbre y una oferta «inexistente»

Esto ha llevado a un incremento de los precios de los pisos, desde oriente a occidente y, especialmente, en el centro asturiano. Gijón y Oviedo lideran las subidas, pero en todas las inmobiliarias consultadas sentencian: «No tenemos casi nada o nada para ofrecer en estos momentos; la oferta se ha vuelto inexistente».

La evolución de los precios desde el inicio del año tiene una clara tendencia al alza, aseguran desde la Agencia Domingo. «El tope del precio fijado en los alquileres no está afectando demasiado, pero es cierto que hay más demanda que producto. Los alquileres se mueven mucho, aunque no notamos relación con la subida de los tipos».

«Se alquila todo y a bastante precio. No me da tiempo ni a publicitar los inmuebles», cuenta Ana Collado, de la Inmobiliaria Parque Viejo, de La Felguera. Lo mismo le ocurre a Javier Fernández, responsable de Inmobiliaria Durán, en Lena, que asegura que no tiene prácticamente «nada que ofrecer a potenciales clientes, me he quedado sin inmuebles». Tanto que dice que carece de stock y los dos últimos pisos que tenía los alquiló poco antes de irse de vacaciones, «sin que los clientes llegasen a verlos».

Las tarifas fluctúan, lógicamente, según las zonas en las que se encuentran los inmuebles, los metros cuadrados y las condiciones de habitabilidad. El precio medio se sitúa entre los 500 y los 600 euros para un piso de dos habitaciones. Es posible encontrarlos a 450 euros, por ejemplo en La Felguera, «moderno y con plaza de garaje». Y hacia arriba se llega hasta 1.800-1.900 euros al mes. «El piso tipo que busca la gente es de dos habitaciones y amueblado, pero con un toque actual; si está con muebles antiguos, lo prefieren vacío», cuentan desde la Agencia Domingo. El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Asturias insiste en que es lógico el incremento de los alquileres, por las crisis sufridas en años pasados. Antonio Vega afirma que «no hay tanto dinero en el mercado» para poder adquirir una vivienda y la banca «ha endurecido» sus medidas a la hora de conceder los créditos hipotecarios. «La gente no puede pagar los precios actuales que exige la adquisición de un piso; hasta hace poco tiempo, los bancos te concedían el 100% del valor de la vivienda y ahora es imposible».

En Oviedo, se puede encontrar un piso por 450 euros, dice Vega, pero ese mismo inmueble el pasado año costaba 100 euros menos. Según indica Cristian G. Pastrana, de El Sol Grupo Inmobiliario, los precios han subido entre el 30% y el 40% desde la crisis y, a partir de la pandemia, la demanda del alquiler frente a la venta es más que significativo. «Hay un efecto dominó tras la covid: la gente está concienciada de que necesita su espacio y el que tenía un apartamento de una habitación quiere un piso de dos habitaciones y el de dos quiere uno de tres. El que vivía con sus padres o su familia, ahora se decide a irse a vivir por su cuenta. Se ha dado más prioridad al hogar».

Juan Carlos Álvarez, de la Inmobiliaria Falo, de Oviedo, está convencido de que «la gente tiene miedo» por la subida del euríbor. «Las ventas han bajado al subir los intereses y se incrementan los alquileres», matiza, a la vez que se lamenta que en ciudades como Oviedo «vamos a quedar los jubilados».

En la zona occidental de la región, dicen los profesionales que los precios, más o menos, se mantienen y han aumentado no solo los alquileres de pisos, sino también los de las casas de campo. Claudia Pertierra, de la Inmobiliaria Occidente, de Luarca, asegura que no quedan pisos libres y las tarifas para un inmueble de dos habitaciones se sitúa entre los 350 y los 400 euros, demandados, sobre todo, por profesores, trabajadores sanitarios y personal de la banca.

En el ala oriental, se trabaja con dos tipos de alquiler: el de todo el año y el del invierno. El primero es muy escaso porque el verano ofrece a los propietarios un buen revulsivo económico; la segunda opción es un complemento del alquiler vacacional. «Más del 95% se alquila a profesores», apuntan desde Llanes Inmobiliaria. «La gente está desesperada buscando piso para alquilar todo el año y los precios no van más allá de lo que pueda absorber el precio medio de la zona».

Así, un piso de dos habitaciones cuesta entre 450 y 500 euros. «Subieron las tarifas ligeramente en relación a hace un tiempo, pero la gente de aquí no puede pagar más por un piso». Otra cuestión son los alquileres estivales por los que los visitantes, especialmente de Madrid, País Vasco y la meseta, pagan, dice, cantidades muy elevadas.

De la lucha de tarifas sabe mucho Luis González, alma de la avilesina Inmobiliaria Muralla. A diario convive entre «la mucha demanda y la inexistente oferta». Él cree que «hay una tarifa plana: a partir de los 500 euros empieza a haber complicaciones. «Asturias es una región mileurista y hay problemas cuando son 600-700 euros para alquilar. Si tienes posibilidad de ahorro, compras, si no, no puedes pagar un piso y te vas a un alquiler, por eso ha crecido la demanda».

Hace dos años, un alquiler en el barrio de Versalles se movía en torno a los 300 euros y ahora llega a los 400. Pisos de 70 años, 50 metros cuadrados y sin arreglar. «Es una barbaridad. Vendemos pisos pequeños para que se alquilen». Y en Las Regueras insisten en «la falta de pisos para ofertar».

En Gijón se ve un incremento de precios de hasta el 40% en los alquileres, reconoce Pastrana, que no vislumbra cambios para un futuro inmediato por tres motivos: sigue siendo la comunidad autónoma más barata del norte peninsular, la segunda residencia continúa eligiéndose en Gijón y, por el teletrabajo, que ha llevado a que personas con sueldos altos opten por disponer de una vivienda en esta ciudad.