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La incapacidad para atraer la suficiente mano de obra cualificada y unas empresas con un tamaño excesivamente pequeño. Estos son dos de los grandes problemas de la economía asturiana a juicio de Fernando Fernández Méndez de Andés, consejero del Banco de España, que ayer ofreció ... una conferencia en Gijón sobre los retos y oportunidades de la economía nacional, organizada por Caja Rural de Asturias y Llana Consultores. Este «asturiano por tradición y madrileño por accidente» expuso que ambas trabas dificultan el desarrollo de la región en un momento crucial. «Asturias tiene que espabilar o puede quedarse fuera de los focos de inversión», advirtió.
En este sentido, Fernández apuntó que en las crisis «se reparten las cartas otra vez, es decir, que cuando el tejido productivo sufre o se destruye y hay que reconstruirlo aparecen ganadores y perdedores, gente que espabila y gente que no», de ahí la importancia de eliminar debilidades y aprovechar las oportunidades que surgen con los cambios de ciclo. Mientras que la llegada de inmigrantes palía la caída demográfica en el conjunto del país, en Asturias el flujo no es tan elevado, «lo cual quiere decir que no atrae mano de obra cualificada». Esto intensifica el desequilibrio entre la oferta y la demanda. Para casar ambas, el consejero del Banco de España abogó por que las políticas públicas de empleo «protejan al trabajador, no al puesto de trabajo», por lo que es preciso que hagan hincapié en la cualificación. «En un momento de cambio tecnológico acelerado como el que estamos viviendo es importante que el trabajador sea capaz de cambiar de empleo y hay que ayudarle a ello», detalló.
Respecto al tamaño medio de la empresa, España tiene un problema de «raquitismo» que se agudiza en el caso de Asturias. Por lo general, las compañías pequeñas «pagan peor y exportan e innovan menos porque no tienen el tamaño necesario». Tanto la región como el conjunto del país y del continente tienen un problema «añadido», como es el precio de la energía. Fernández indicó que las empresas europeas están en situación de desventaja frente a las de otros países, como Estados Unidos, por lo que instó a la Unión Europea a «replantearse la política energética como una política de competitividad». «Tenemos que intentar convencer a los demás de lo que nos parece relevante, pero no tirar piedras contra nuestro propio tejado y hacer difícil nuestra supervivencia», remarcó.
El consejero puso de manifiesto que el mayor obstáculo para el Viejo Continente no es tener una tasa elevada en los tipos de interés, sino que el PIB per cápita ha descendido 20 puntos en dos décadas respecto al de Estados Unidos. Sobre la victoria de Donald Trump en las elecciones de dicho país, Fernández vaticinó que «el proteccionismo no iba a ser muy diferente con Kamala Harris», su rival demócrata. Por su parte, el director general de Caja Rural de Asturias, Antonio Romero, y la consejera delegada de Llana Consultores, Pilar Martínez, agradecieron a Fernández la exposición «para aportar luz» a las empresas asturianas.
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