Asturias se postula para acoger una fábrica de coches eléctricos de BYD

BYD es con Tesla el principal fabricante de coches eléctricos a nivel mundial, y su crecimiento está siendo mucho más rápido que el de la americana. De hecho, el año pasado la superó y situó a seis de sus vehículos eléctricos entre los diez más vendidos en el mundo. El tercero en el ranking es el Grupo Volkswagen. Pero, ademas, la marca china no se ciñe únicamente al vehículo eléctrico, sino que es además el tercer mayor fabricante de baterías del mundo.

La presencia de BYD en Europa era más bien escasa. Su verdadero desembarco comenzó el año pasado con la venta directa de coches eléctricos. Según informó la compañía, los primeros mercados europeos a los que llegó fueron los de Noruega, Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Alemania, además de Francia y el Reino Unido.

«Los europeos están realizando un esfuerzo coordinado para acelerar la transformación de la movilidad eléctrica, y el mercado europeo es el principal impulsor del avance de los vehículos de nuevas energías. Por ello, nos enorgullece que BYD pueda potenciar ahora la adopción del vehículo eléctrico junto a los mercados locales», dijo entonces el presidente de BYD, Wang Chuanfu. El aterrizaje en Europa llegó con el modelo BYD Atto 3 cuya venta se anuncia para España la próxima primavera con precios entre los 40.000 y los 45.000 euros.

La implantación de dos plantas de fabricación en Europa facilitaría una rebaja sustancial de precios en los coches eléctricos al evitar los aranceles de importación. Existe otra posibilidad, que también se valora en los círculos del sector, que es la destinar las fábricas más que a la propia producción de vehículos eléctricos, a su ensamblaje. Es decir, la producción de las piezas seguiría manteniéndose en China, pero el ensamblaje se haría en el continente europeo, lo que también supondría un ajuste de precios. Un modelo, este del ensamblaje, que ya utilizó Tesla y que tampoco cabría descartar.

Así las cosas, ¿qué posibilidades tendría Asturias para acoger una planta de fabricación de coches eléctricos? En principio las mismas que cualquier otro rincón de España. Y es a nivel nacional donde habría que mirar las posibilidades de llegada de la marca china. Porque la elección dependerá de varios factores. Entre ellos el precio de la energía, que será fundamental, la cercanía a los puntos de venta y una logística favorable. Otro posicionamiento que jugaría a favor de España, y por ende de Asturias, sería la existencia de mano de obra cualificada y competitiva. Y en la región la hay.

En un plano menos favorable está que la cuota de vehículos eléctricos en nuestro país no llega al 4%, cuando en Europa se sitúa en el 20%. Según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive), las matriculaciones de vehículos electrificados (100% eléctricos más híbridos enchufables) de todo tipo alcanzó el año pasado las 100.425 unidades (se superaba por primera vez la barrera de los cien mil). En circulación, apuntan, hay unos 325.000.

Otra cuestión que cabría tener en cuenta es la necesidad de tener una fábrica de baterías cercana y en estos momentos, la mayoría está en el este de Europa. ¿Qué quiere decir la suma de todos estos factores? Que aunque es difícil, no es imposible lograr que planta de BYD llegue a España. Y Asturias, según ha podido saber EL COMERCIO, ha empezado a moverse porque quiere estar en esa carrera.

El empuje podría llegar también de la mano del PERTE del vehículo eléctrico, en su segunda convocatoria, con 2.000 millones pendientes de repartir y que se prevé tener resuelta antes del verano. El propio secretario general de Industria, Francisco Blanco, mantuvo encuentros recién llegado al cargo con el sector de la automoción para conocer sus planteamientos.

Y una de las propuestas que se le pusieron sobre la mesa fue la de abrir la convocatoria a más empresas y firmas interesadas en fabricar en nuestro país, de tal manera que marcas como las asiáticas pudieran acceder también a esas partidas. Una flexibilización a la que Industria sería favorable.