Carlos García-Ovies y Noelia A. Erausquin
Gijón
Miércoles, 13 de marzo 2024
Tal día como este jueves, hace exactamente cuatro años, comenzaba un confinamiento total en nuestro país que hizo tambalear la economía y modificó nuestros hábitos de salud, de consumo y de trabajo. En Asturias, el impacto económico derivado de la crisis sanitaria fue mayor ... que en otras regiones y el Producto Interior Bruto (PIB) del Principado no recuperó los niveles precovid hasta finales del pasado año.
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Desde entonces, algunos indicadores han sufrido cambios sensibles en la región. En relación al paro registrado, y tras el incremento registrado en 2021 (seguido de un progresivo descenso en los siguientes ejercicios), actualmente Asturias cuenta con 58.835 personas en situación de desempleo, lo que supone una caída del 19,9% respecto al mismo mes de 2020. El número de afiliados a la Seguridad Social, por su parte, ha crecido desde el estallido de la pandemia, pero el total de horas trabajadas sigue estando por debajo del de 2019 (último ejercicio completo precovid). En ese sentido, Asturias es una de las cinco comunidades que no han alcanzado niveles récord de cotizantes. De hecho, debería crecer «en torno a un 7%» para superar los datos de 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010, según señala la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), que apunta también que el Principado, detrás de Extremadura, es la región con menor crecimiento del porcentaje de afiliados desde la irrupción de la covid-19.
Desde la patronal explican, además, que Asturias ha mejorado la tasa de empleo hasta el 44,8%, pero lamentan que continúe siendo «la peor de entre todas las comunidades». En este punto hay que tener en cuenta también a los afectados por los ERTE, que en abril de 2020 alcanzaron las 45.112 personas.
Respecto a la tasa de absentismo laboral, una estadística que el Principado históricamente suele liderar tan solo por detrás de País Vasco, las cifras se dispararon durante la pandemia hasta alcanzar el 7,7% en 2022, aunque desde entonces ha bajado hasta el 6,9% actual, muy cerca de la media del país, situada en el 7%, según datos de Adecco.
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El coronavirus modificó nuestros hábitos de salud, pero también nuestras relaciones laborales. El teletrabajo se adoptó de forma acelerada en el confinamiento y ha ido perdiendo fuelle, pero muchas empresas lo mantienen como medida de conciliación. Este era casi un tema tabú antes del confinamiento, igual que todo lo referente a la salud mental. En Asturias, las bajas relacionadas con este tipo de afecciones no han parado de crecer en los últimos años, hasta alcanzar 12.177 el pasado ejercicio, lo que supone un incremento del 51,7% respecto a las 8.025 que hubo hace cuatro años. Esa escalada es consecuencia del crecimiento vertiginoso de los problemas de salud mental en la población en general. En ese sentido, según datos publicados por el Sistema Nacional de Salud (SNS), Asturias supera la media nacional con 357 casos por cada 1.000 habitantes, lo que supone que uno de cada tres asturianos padece algún tipo de trastorno mental o del comportamiento.
Los sindicatos
Una de las reivindicaciones de los sindicatos en relación a las políticas implantadas para hacer frente a los efectos de la pandemia es que, en esta ocasión, las recetas han sido diferentes. «Al contrario que en otras crisis, cuya receta de salida era la de las imposiciones de recortes, despidos, desahucios o cortes de suministro, se impuso el consenso y el diálogo social para situar en el centro a las personas y no los intereses privados», defiende José Manuel Zapico, secretario general de CC OO de Asturias.
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Sin embargo, lamenta que muchas de las medidas planteadas durante la pandemia hayan quedado en agua de borrajas: «Se pasó del aplauso sanitario a no robustecer la sanidad pública, de querer dignificar el empleo en sectores esenciales a que sigan en la precariedad, de chocarnos los codos a una individualidad en pos de una libertad mal entendida, de intentar comunicarnos con las nuevas tecnologías a profundizar la brecha digital... En CC OO desde el primer momento tuvimos claro que sin salud no hay economía».
En ese sentido, Javier Fernández Lanero, secretario general de UGT Asturias, considera que las políticas llevadas a cabo durante estos cuatro años han ayudado a paliar los efectos de la crisis: «Han sido cuatro años muy difíciles y a pesar de ello hemos conseguido amortiguar el golpe gracias a las medidas que hemos negociado, como subir los salarios más bajos, revalorizar las pensiones conforme al IPC y bajar la temporalidad».
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Ahora que la situación ha mejorado, los sindicatos consideran que hay que aprovechar los vientos de cola. «En algunas cuestiones, en Asturias hay muchas oportunidades, sobre todo en el tema turístico gracias a la apertura de la Variante de Pajares», señala Lanero. El teletrabajo, en opinión de José Manuel Zapico, también puede ser un vector de crecimiento para la región: «Con el confinamiento, parecía que iba a cambiar el funcionamiento de la sociedad. El teletrabajo fue una fórmula que parecía que iba a asentarse y para Asturias es una oportunidad innegable, porque puede ayudar a frenar el despoblamiento de las zonas rurales si ponemos las infraestructuras al día y avanzamos en el proceso de digitalización».
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