Asturias debe invertir 710 millones en 2020 en innovación para cumplir los objetivos de la UE

Hay, por tanto, un importante desafío a la vuelta de la esquina que atañe a la Administración Pública, responsable de aportar el 1%, pero también al tejido empresarial, encargada del 2% restante. Esto supone que Asturias eleve su partida hasta los 236,5 millones de euros anuales, cuando actualmente es casi tres veces inferior con 84 millones, y que el sector privado multiplique por cinco su inversión actual, de 94,6 millones, hasta superar los 473.

Parece difícil que Asturias, inmersa en un debilitamiento económico, en una desaceleración del mercado laboral y con otros desafíos de envergadura que amenazan al sector industrial como el precio energético y la descarbonización, entre otros, pueda cumplir en menos de un año con este propósito. De hecho, según los últimos datos del Indicador Regional de Innovación, publicado ayer por EL COMERCIO, la región ha perdido posiciones respecto a otros territorios europeos y cae hacia el furgón de cola, al ocupar el puesto 178 de 238.

En la actualidad Asturias invierte un 0,4% menos del PIB que el resto de España y 1,2% que los 28 estados miembros de la UE. Para eliminar esa diferencia nacional ahora, la región debería invertir casi 95 millones de euros más cada año. Y para acortar distancias con el resto de países europeos, la cifra asciende hasta los 284 millones adicionales. Son los datos que recoge la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) en su documento 'Sin empresas no hay paraíso', en el que ahonda en la necesidad de tomar medidas para desarrollar una región competitiva.

«El diseño de las políticas públicas y sus instrumentos no han logrado orientar la actividad empresarial hacia proyectos de innovación. Necesitamos otra forma de hacer políticas, con incentivos claros y orientados a las empresas», sostiene Fade. Durante los años de la crisis, la partida de I+D+i soportó un fuerte recorte. Concretamente en 2013 la inversión fue de 5.932 millones, cuando desde cinco años antes venía situándose en el entorno de los 9.000 millones. Y todavía no se ha recuperado.

Las recetas de Fade pasan por conectar las políticas de desarrollo a la empresa y por concentrar esfuerzos en la captación de fondos internacionales. «Hay que romper con la continuidad de programas como el de Ciencia, Tecnología e Innovación 2018-2022. Tan solo aporta de forma directa el 8% de los recursos a las empresas; un total de 11 millones anuales si se consideran también los del Instituto de Desarrollo Económico del Principado (Idepa)», asegura Fade. Y sentencia: «Así es imposible reducir la diferencia con Europa. Las empresas de la UE invierten unos 410 euros por habitante en innovación y Asturias menos de 100 euros».

La innovación es precisamente uno de los puntos presentes en la negociación que mantienen PSOE, IU y Podemos para llegar a un acuerdo que permita la investidura de Adrián Barbón. El líder de los socialistas quiere

aumentar la inversión en I+D+i hasta alcanzar el 2% del PIB regional a lo largo de la próxima legislatura. También quiere crear una Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad, una medida que comparte la patronal asturiana.

Asimismo, el PSOE pretende impulsar un programa de apoyo a empresas innovadoras, crear un fondo de ayudas a planes de I+D+i vinculado a programas europeos y ampliar la red de parques tecnológicos hacia las alas de la región.