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Las empresas del metal afrontan «una vorágine de leyes» que dificultan su trabajo. Así lo ha asegurado hoy el presidente de Femetal, Antonio Fernández-Escandón durante la asamblea general celebrada en Avilés. En esta maraña legislativa ha destacado que la regulación medioambiental es «una rémora ... para el desarrollo de la industria del metal» en la región. En concreto, se ha referido a la Ley de Calidad Ambiental aprobada en marzo, que es «una fuente de preocupación».
En este sentido, el líder de la patronal del metal ha señalado que la nueva autorización ambiental integrada simplificada «no añade agilidad y previsible ente no acortará plazos tampoco». Por ello, ha requerido una disminución de la burocracia en todos los trámites ambientales, de manera que haya que llegar a paralizar inversiones.
No es la única petición que ha lanzado a las administraciones. También ha puesto sobre la mesa la necesidad de «educar para empleo, conseguir un precio asequible de la energía y equilibrio fiscal». Con todo ello se podría «facilitar la recuperación y el crecimiento del metal en Asturias». Un sector con marcado carácter «de resistencia y superación», lo que permite a la patronal hablar de «cierto optimismo». No obstante, hay ciertos hándicaps que dificultan el crecimiento, como son la escasez de personal cualificado, la escasa innovación y la pequeña dimensión de las empresas, además de la «desventaja competitiva» que supone la fiscalidad, ha señalado Fernández-Escandón.
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