Arcelor usará gases residuales en su nueva planta si el desarrollo del hidrógeno no llega a tiempo

El nuevo combustible que ArcelorMittal pretende utilizar en su planta de Gijón aún no cuenta con un desarrollo industrial lo suficientemente avanzado como para surtir a una compañía en la que todo se cuenta por miles de toneladas. No obstante, la empresa cuenta con un plan, tal y como desveló el director general del Clúster Asturias de la compañía en una entrevista concedida a EL COMERCIO, la primera desde que se anunció su nombramiento el pasado mes de julio. Philippe Meyran señaló que, en caso de que el desarrollo del hidrógeno verde no sea suficiente en el momento de poner en marcha las instalaciones, la compañía hará uso de sus propios gases residuales, completando la inyección de combustible con gas natural. «Podríamos utilizar los gases residuales de los hornos altos y de la batería de cok, que son ricos en hidrógeno, complementados con gas natural», afirmó.

El gigante siderúrgico tiene ya experiencia en este tipo de operaciones. El propio Philippe Meyran calificaba de «éxito» la inyección de gas de cok en el horno alto 'B'. Con esta operación, el responsable del Clúster Asturias de la compañía, que incluye además de las plantas de Gijón y Avilés las de Sagunto (Valencia), Lesaca (Navarra) y Echévarri (País Vasco), sostiene que la reducción de las emisiones del conjunto de sus instalaciones en España estaría «en torno al 45%».

La carrera de la producción de hidrógeno verde ya ha comenzado y son varios los proyectos que se manejan en el ámbito nacional y peninsular. ArcelorMittal mantiene conversaciones con un consorcio de empresas que colaborarán en la construcción de la infraestructura necesaria para producir este combustible mediante electrólisis solar y transportarlo a través de una red de tuberías. Los planes que maneja la multinacional pasan por la puesta en marcha de grandes parques en los que se produzca hidrógeno verde, de forma que el coste, uno de los problemas que presenta ahora, sea «muy competitivo».

Naturgy y Enagás ya cuentan con varias iniciativas en este sentido. El proyecto de El Musel, que contempla la construcción de un parque eólico marino de 250 MW (comenzará con un proyecto demostrativo de 50 MW) y otro en tierra de 100 MW, no llegará a tiempo para la puesta en marcha de las instalaciones de ArcelorMittal, pero quizá sí a una segunda fase. Estas dos empresas plantean la construcción de una red de distribución de hidrógeno verde que tendrá en La Robla (León) uno de sus puntos fuertes. Las instalaciones de producción contarían con 915.000 placas solares ubicadas en el municipio de Cuadros.

Otro gran proyecto es el que plantea EdP, que quiere transformar su térmica de Aboño en «un gran polo del hidrógeno», con la construcción de un parque eólico marino flotante que abastecerá los electrolizadores. La compañía destaca no obstante que este y otros proyectos ligados a la descarbonización y el almacenamiento energético están vinculados a obtener financiación de los fondos europeos.