Arcelor retira el ajuste de la acería de Gijón, pero acometerá la reestructuración en largos

Un cambio puesto sobre la mesa que provocó las protestas de los trabajadores, ya que suponía, a su juicio, un problema para conciliar la vida familiar y laboral. En resumen, «menos gente para producir lo mismo y con descansos más cortos». El lunes, los sindicatos y la compañía certificarán en el Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (Sasec) la retirada de la modificación sustancial de las condiciones de trabajo que afectarían a la acería y que estaba en plena negociación.

Arcelor dio un paso atrás para no agravar la actividad de la acería, puesto que ya estaban fijados paros parciales convocados por CC OO -en el conjunto de las plantas asturianas-, que rechaza las condiciones incluidas en el nuevo convenio colectivo firmado por la empresa con UGT, USO y ACIAA (CSI también votó en contra). A esta merma en la producción habría que sumar la huelga de cuatro días convocada por la industria auxiliar y del montaje, que podría complicar la situación. En este caso, el comité de empresa sí aunó fuerzas y acordó realizar paros de 24 horas durante los días 28, 29 y 30 de noviembre y 2 de diciembre, así como otro de 16 horas el día 3.

No obstante, la siderúrgica especifica que no aplicará esta medida concreta, pero «no renuncia» a plantear otras alternativas para aumentar la productividad y reducir los costes. Porque ese objetivo sigue intacto ante la «situación crítica», en palabras de Arcelor, de la división de largos. De hecho, la compañía ya había apuntado tiempo atrás la necesidad de hacer ajustes en la acería para atenuar la pérdida de competitividad de largos. Aunque todavía no hay fecha para negociar el plan global encaminado a mejorar las cifras de estas instalaciones, Arcelor ya ha comenzado a aplicar recortes. Sin ir más lejos, a finales de octubre, se acordó suprimir un turno -17 trabajadores- en el tren de alambrón (forma parte de los productos largos junto con el de carril) para paliar las pérdidas ante el riesgo de cierre de estas dependencias, tal y como reconoció la siderúrgica, debido a la saturación en el mercado del acero por el aumento de las exportaciones de países extracomunitarios (con menores costes de producción, lo que provoca el desplome de precios).

El pasado junio, Arcelor informó a los sindicatos de la urgencia de acometer ajustes en largos este año. La idea entonces era recortar 200 puestos de trabajo en un plazo de cinco años. La negociación de este plan de productividad se está retrasando, en parte por las complicaciones para aprobar el convenio colectivo. Por ello, Arcelor optó por llevar a cabo ajustes en varias áreas de actividad a la espera de que esa hoja de ruta se concrete, cuya tramitación previsiblemente se acelerará tras la renuncia al recorte en la acería de Gijón.