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Las plantas asturianas de Arcelor se libraron de la cascada de cierres que afectó a buena parte de las instalaciones del gigante siderúrgico en Europa a finales de 2023, pero es probable que no suceda lo mismo en este 2024. Las factorías de la región ... seguirán funcionando con dos hornos altos en este primer trimestre, pero la compañía se plantea detener el 'A' a partir de la mitad del segundo, en mayo, si las condiciones de mercado no mejoran.
De momento, ya se avisa de que las instalaciones deberán estar preparadas para ello, aunque también se insiste en que la decisión no está tomada. La noticia, que avanzó la edición digital de EL COMERCIO, fue comunicada ayer por la mañana por la dirección de la multinacional en España durante la presentación de los presupuestos para este ejercicio, que tuvo lugar en un evento que reunió a unos 600 altos mandos del grupo en el Niemeyer. Por la tarde se trasladó a los comités de empresa.
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Los representantes sindicales fueron muy críticos por ser los últimos en ser informados y también con la posible parada, ya que la comunicación no llegó avalada por datos de producción ni explicaciones de cómo se llevaría a cabo.Se da la circunstancia de que los hornos altos gijoneses han logrado mejorar mucho su competitividad, hasta situarse como los terceros mejores de la compañía en Europa, de ahí que esta decisión se comprenda aún menos.
Tampoco gustó que el anuncio a la parte social llegara desde el departamento de relaciones laborales y no desde la dirección del Clúster Asturias, «que es quien tiene responsabilidad en esto». De hecho, las organizaciones sindicales atribuyen la posible parada al intento de presionar en las negociaciones en marcha del convenio y, sobre todo, del ajuste de personal que pretende realizar Arcelor. Censuran también que realmente se convocara de urgencia una reunión para anunciar «una no parada», porque en todo momento la empresa recalcó que la decisión no está tomada y que tampoco se advirtiera nada hace apenas dos semanas, cuando se planteó la necesidad de impulsar un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Finalmente, lo adoptó la siderúrgica de forma unilateral.Afecta a unos 7.000 trabajadores, más de 5.000 en Asturias.
Una parada tendría un fuerte impacto en todas las instalaciones de Arcelor en Asturias, tanto en lo que tiene que ver con la producción como en el empleo, así como en el trabajo de las auxiliares y de las plantas satélite como las de Sagunto (Valencia), Lesaca (Navarra) y Echévarri (País Vasco). No obstante, las consecuencias dependerían de cuánto dure esa hipotética parada y de cómo trabaje el horno que se mantenga activo. En la actualidad, no funcionan al máximo, entre ambos rondan un 70% de su capacidad, unas 9.000 toneladas de arrabio diarias. Además de en las instalaciones de cabecera, como el propio horno alto, un sínter o las acerías, entre los talleres más afectados estarían alambrón y hojalata, que llevan meses en una situación muy compleja.
La decisión, según traslada la empresa, viene motivada por la debilidad de la demanda que empezó a finales de 2022, ya afectó de forma grave a las plantas durante todo el año 2023 y que se extiende en este 2024. Las previsiones del mercado siderúrgico europeo no son buenas en un contexto marcado por la incertidumbre económica, las crisis geopolíticas globales y los altos tipos de interés. Para tomarla se están teniendo en cuenta también los costes energéticos y de los derechos de emisión de CO2. No obstante, podría haber cambios de aquí a mayo que eviten la parada, aunque ahora mismo no se esperan y Arcelor ya recoge esa opción en sus presupuestos.
Incertidumbre
La parada se plantea, además, en medio de la incertidumbre sobre el futuro de las factorías de la región, cuyo plan verde no acaba de concretarse, y una latente conflictividad a causa del bloqueo del convenio, de la negativa de la empresa a aplicar el contrato relevo al personal de más edad, del recorte de personal que prevé realizar y de ese ERTE unilateral.
A finales del año pasado, Arcelor ya detuvo hornos altos por toda Europa: uno de los tres de Dunkerque y otro de los dos de Fos-sur-Mer, en Francia; uno de los dos con los que cuenta en Eisenhuttenstadt (Alemania); los dos de los que dispone en Cracovia (Polonia); otro en Bremen (Alemania) y uno en Gante (Bélgica). Algunas de esas instalaciones ya arrancaron y otras siguen detenidas. También paró toda la producción de su planta de Zenica, en Bosnia, así como las minas de mineral de hierro que lo suministran. Recientemente, ha anunciado que retomarán su actividad.
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