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n. a. erausquin
Miércoles, 14 de septiembre 2022, 00:16
La parada del horno alto 'A' de Arcelor en Asturias prevista para finales de mes será indefinida, igual que la de las otras cuatro instalaciones de cabecera que el grupo ha anunciado que apagará en el resto de Europa (dos en Francia, una en Alemania ... y otra en Polonia). A pesar de que la compañía se pone como plazo mínimo para el encendido tres meses, el consejero delegado de Arcelor en Europa, Geert van Poelvoorde, asegura que estarán detenidas «indefinidamente» ante las malas condiciones del mercado y recuerda que, incluso si este cambia, «lleva dos meses ponerlos en marcha de nuevo». Así lo explica en una entrevista al diario belga 'De Tijd', en la que carga duramente contra la lentitud de Europa y advierte de que los proyectos de descarbonización están en peligro.
Van Poelvoorde ya había denunciado en mayo la tardanza de Bruselas con las ayudas para la descarbonización, después de haber solicitado fondos en el verano de 2021, pero ahora también censura su poca premura para adoptar medidas que frenen la escalada de los precios energéticos. Critica, por ejemplo, que se hable de «una intervención de emergencia» y que luego se posponga su explicación. «Entonces tardaremos dos semanas más».
«El paciente está en urgencias y si no intervienes, el sangrado empeorará», expone gráficamente el directivo de la multinacional, que recuerda que ya se han cerrado varias fábricas de aluminio en Europa, el 70% de las de fertilizantes -entre ellas la de Fertiberia en Palos de la Frontera, Huelva-, la química «lo está pasando mal» y la del acero «está bloqueada en un 30%, y esto aumentará».
De ahí que urja una solución, porque la situación, si nada cambia, irá a peor. Como ejemplo, a finales de año caducan contratos eléctricos de plantas que hasta ahora garantizaban precios más competitivos, con los actuales «tendré que cerrar aún más factorías», avisa Van Poelvoorde, que considera que «no es difícil» actuar y, aunque no ve la excepción ibérica como ideal, reconoce que permite contar con un coste de la electricidad que «es menos de la mitad que en Bélgica y Alemania».
En este situación, ya hay situaciones que son «irreversibles». De hecho, la estrategia de la multinacional no pasa por crecer en Europa. Su idea es hacerlo en países en desarrollo como India o Brasil, donde ha realizado compras millonarias en los últimos meses, y plantea la posibilidad de que las instalaciones de cabecera vayan extinguiéndose en Europa para producir el acero en países con menores restricciones ambientales. «Estoy cerrando hornos altos aquí y ya estoy importando productos semiacabados de fuera de Europa», advierte.
De momento a Asturias no están llegando desbastes de Brasil, porque existe un problema importante de demanda y no solo de costes, pero en ocasiones anteriores sí se trajeron de plantas de ese país productos semiacabados para no incurrir en más costes de derechos de emisión. Esta estrategia podría ir a más, sobre todo, si la Unión Europea sigue permitiendo la entrada de acero extracomunitario sin grandes restricciones. «La desventaja de esto son las emisiones de CO2, que requieren derechos de emisión cada vez más caros», argumenta, un sobrecoste que no se tiene fuera de Europa. Si Bruselas no da un respiro con ello «los clásicos hornos altos se apagarán inevitablemente». Y, la alternativa, que serían las plantas de reducción directa del mineral de hierro, como la que se plantea en Asturias y que implica una inversión de mil millones de euros, tampoco son amortizables en el momento actual. De hecho, la de Hamburgo, que funciona con gas natural a la espera del desarrollo del hidrógeno verde, se apaga también por su alto coste junto a los cinco hornos altos. Gastar 1.000 millones para tener detenidas estas instalaciones, no es una opción, justifica Van Poelvoorde.
El grupo desbloquea la salida de personal con contrato relevo
Arcelor ha empezado a desbloquear la aplicación del contrato relevo al personal manufacturero nacido en 1961. Está citando a los nacidos en el primer semestre y que se encuentran en puestos más sencillos de amortizar, pero supone un paso que los sindicatos ven positivo para normalizar las relaciones laborales, sobre todo, cuando hoy se inicia la negociación de un expediente de regulación temporal de empleo. Quedan pendientes los no manufactureros nacidos de 1960. Ayer se reunieron en Avilés representantes de CC OO de Industria de Arcelor con miembros de los sindicatos italianos FIOM-CGIL, de la antigua planta de Ilva, en la que se concluyó que la principal amenaza para el sector es el precio de la energía y se criticó «la inexistencia de un plan industrial europeo» por parte del grupo.
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