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J. L. GONZÁLEZ
GIJÓN.
Sábado, 10 de octubre 2020, 03:11
Si durante lo más duro de la pandemia ArcelorMittal mantuvo una política en Europa alejada de los cierres, al menos permanentes, en las últimas semanas parece haber cambiado de rumbo. Al anuncio del apagado del horno alto y de la acería de la factoría de Cracovia, en Polonia ... , se suma ahora la amenaza sobre las instalaciones de Dunkerque, cuya plantilla mantiene una huelga, al igual que otras plantas del gigante del acero en Francia, por el uso que la multinacional está haciendo de la regulación temporal de empleo. El vicepresidente de Arcelor y director general de la empresa en el país galo, Eric Niedziela, señaló al término de una reunión con los representantes de los trabajadores, según recogen medios del país vecino, que si la producción de esta factoría baja tanto como para no cubrir la demanda de sus clientes, habrá que trasladarla a otras instalaciones, abocando a Dunkerque al cierre de, al menos, uno de sus hornos.
La amenaza lanzada por el director general de ArcelorMittal en Francia se suma a otras ya cumplidas. El pasado mes de septiembre la multinacional anunció la supresión de 570 puestos de trabajo en sus instalaciones y oficinas de Luxemburgo, una medida adoptada por la crisis que está atravesando la compañía. Pocas semanas después, la multinacional del acero anunciaba la venta de todos sus activos en EE UU por 1.200 millones de euros en una operación con la que tratan de solventar parte de la enorme deuda que arrastra el grupo. A los cierres y ventas se suman los recortes en sus plantas de Italia, en la antigua Ilva, y todo en medio de un contexto de cierta recuperación de la demanda de acero. Una demanda que aún no llega a los niveles previos de la pandemia, cuando ya estaba sumida en una importante crisis.
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Las plantas asturianas de Arcelor llevan ya un par de años sufriendo una situación complicada, especialmente la división de largos, en la que se engloban las líneas de alambrón, carril y la acería de Gijón, que las abastece de materia prima. La compañía lanza continuos mensajes sobre los malos resultados en la región y reclama mejoras en la competitividad, también por la vía de los recortes de personal. De hecho, patronal y sindicatos tienen aún pendiente de resolver el plan de largos.
La reparación de un horno alto en Bélgica ha llevado a recuperar la actividad del 'B' en Asturias, que había sido parado de forma indefinida. Pero los movimientos de la empresa en Europa causan preocupación en la región, donde los sindicatos alertan de la política que la empresa está desarrollando en el viejo continente. «Se ve con preocupación, el grupo pierde empleo en Europa. Tenemos claro que cuando toman una decisión es difícil que cambien», señala Raúl Cueto, secretario general de la sección sindical de UGT-FICA en Arcelor Avilés. Los representantes de los trabajadores se mantienen en alerta. Segismundo Lorenzana, secretario general de USO en la siderúrgica, cree se trata de una situación que «te hace pensar», mientras que Manuel Pulgar, representante de CSI, muestra su preocupación por la «política de desinversión» que está desarrollando la empresa. Por su parte, José Manuel Díaz, presidente de Accia, reclama más información a Arcelor para conocer sus planes de futuro en Europa. José Manuel Castro, secretario general de CC OO en Arcelor, cree que los últimos movimientos de la multinacional responden a una estrategia definida y que aprovechan la coyuntura «para hacer ajustes».
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