Arcelor aborda un mes clave para el mantenimiento de la actividad

La semana pasada Arcelor anunció ya uno de los hitos proyectados, la inyección de gas de cok en el horno alto. Esto implica la no emisión de 125.000 toneladas de CO2 a la atmósfera, un aspecto positivo para el medioambiente, pero también para los costes de producción, dado el precio que están alcanzando los derechos de emisión. Pero, además, implica que ese gas, que se genera durante la producción del cok en las baterías, permite que en el paso posterior del proceso siderúrgico, el horno alto utilice menos combustible, cok, precisamente, y esto también implica un importante ahorro.

El siguiente hito que tiene fijado la compañía en sus plantas asturianas debería tener lugar en las próximas semanas. Antes de que llegue marzo se prevé que se ponga en marcha la segunda batería de cok -ahora solo funcionan los primeros 45 hornos-. Habrá, por tanto, más gas que reutilizar y se espera hacerlo en los hornos de recalentamiento de semiproductos de los trenes de laminación de chapa gruesa y carril, reduciendo el consumo de gas natural y, de nuevo, la generación de CO2. Asimismo, las factorías asturianas dispondrán, en principio, de suficiente cok para abastecer a los dos hornos altos y no se tendrá que importar de Polonia, como se ha venido haciendo durante los últimos meses, ante la falta de este combustible.

Con estos cambios se espera que la cabecera asturiana rebaje de forma importante sus costes y mejore su productividad, algo necesario para salvar la división de largos.