El amoniaco está considerado uno de los avances más importantes del siglo XX, si no el mayor de todos ellos, al posibilitar nuevos fertilizantes que revolucionaron la agricultura, y su papel será fundamental en el XXI, como una de las claves que permitirán ... superar el proceso de descarbonización. De hecho, cada vez surgen más proyectos que asocian este compuesto, en su formato verde, con los proyectos de hidrógeno renovable y Asturias quiere posicionarse también en su desarrollo. Fertiberia ya ha planteado construir en Avilés una factoría para producirlo y EdP tiene entre sus planes poner en marcha sendas plantas en terrenos de las térmicas de Aboño y de Soto de Ribera para convertir el hidrógeno que generen en este derivado, de forma que se facilite la exportación del primero a través de El Musel.
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Pero hay más. Entre las 25 iniciativas que forman parte del programa ReCoDe H2, con el que el Principado agrupa las relacionadas con el hidrógeno, existen otros proyectos que tienen que ver con el amoniaco, desvela la directora general de Energía, Minería y Reactivación, Belarmina Díaz, aunque aún son confidenciales; sin olvidar lo que puede suponer para la industria regional, muy presente ya en la cadena de valor de esta sustancia que busca protagonizar su segunda revolución. En plena transición energética, sus opciones se multiplican: se plantea que sirva como combustible y también como un derivado que facilite el transporte del hidrógeno verde, que tiene unos requerimientos de manipulación muy superiores y complejos.
Amoniaco verde En la actualidad, sobre todo, se emplea para producir fertilizantes. El primer paso necesario es descarbonizar su producción, para lo que se prevé sustituir el gas natural por hidrógeno verde.
Transporte de hidrógeno verde Es un derivado del hidrógeno mucho más sencillo de transportar por barco, al tener menores condicionantes y ya contar con infraestructuras logísticas para ello.
Uso como combustible y almacenamiento de electricidad Se espera que sirva como sustituto de combustibles contaminantes en barcos y en aviones. También puede ser utilizado para alimentar centrales eléctricas y almacenar electricidad.
En la actualidad, en Asturias se consume amoniaco como materia prima, principalmente, en la fabricación de fertilizantes nitrogenados por parte de Fertiberia. Este compuesto es producido en otras plantas españolas o importado y para suministrarlo ya se dispone de infraestructura portuaria en Avilés. Cada año llegan al Principado entre 150.000 y 200.000 toneladas de este compuesto.
El objetivo de Fertiberia, que quiere ser climáticamente neutra en 2035, es lograr que ese amoniaco, que ahora se produce mayormente con gas natural, pueda obtenerse con hidrógeno verde. Por tanto, primero, descarbonizar su producción y, además, «hacerlo todo en casa», como explica el director de la factoría asturiana, Jesús Alberto González. Para ello, la compañía forma parte de la alianza HyDeal, junto a Arcelor y Enagás, con el objetivo de producir hidrógeno verde en Castilla y León y canalizarlo hasta el Principado. Esa nueva planta de amoniaco dará empleo a alrededor de 200 personas.
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Pero más allá de su uso para producir fertilizantes 100% libres de emisiones, Fertiberia tiene planes más ambiciosos. Su presidente y consejero delegado, Javier Goñi, abre la puerta a otras opciones, como que se utilice como un combustible limpio para el transporte marítimo.
«Hablando de futuro, los nuevos mercados más prometedores incluyen el uso de amoniaco para la descarbonización de plantas industriales, por ejemplo, en la producción de fertilizantes, fabricación de explosivos, industria alimentaria, química..., también como combustible alternativo en el sector marítimo y tiene muchas ventajas para su transporte y almacenamiento», aclara el director general de la Fundación Asturiana de la Energía (Faen), Carlos García. Sobre este último punto, destaca, además de las posibilidades del puerto de Avilés, las que tiene El Musel, tanto por la proximidad de proyectos de producción, como el de EdP en Aboño, como por la opción de recibir hidrógeno verde de origen solar procedente del hidroducto que plantea HyDeal. «El Musel necesitaría unas adaptaciones en sus infraestructuras, pero no serían importantes. Incluso la regasificadora podría jugar un papel relevante», explica Belarmina Díaz, que ve grandes oportunidades para Asturias en el desarrollo del amoniaco.
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Dentro de las opciones marítimas, el transporte de hidrógeno en forma de este derivado se presenta hoy en día como la opción «más viable». Así lo concluye la Fundación Naturgy en un informe dedicado, precisamente, a la importancia de estos vectores energéticos y la viabilidad de su exportación, como está previsto que suceda desde el Principado.
El amoniaco permite sortear algunos de los problemas que presenta el hidrógeno, como el alto coste de licuarlo -hay que enfriarlo hasta los -263ºC- y mantenerlo a esa temperatura durante todo el trayecto; también evita pérdidas y tiene una mayor cantidad de energía por unidad de volumen... Además, ya existe una amplia experiencia logística y terminales de carga y recepción para su comercio internacional, algo que no sucede con el hidrógeno.
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Los largos plazos que se prevén para la construcción de toda una red de hidroductos que permitan canalizar este otro vector energético también dan alas al desarrollo del amoniaco verde. «Resulta óptimo desarrollar una combinación de transporte de hidrógeno por tuberías y por barco en forma de amoniaco, de forma similar a lo que ocurre con el transporte de gas», explica el informe.
Además, se espera que la descarbonización lleve a que el amoniaco sea el sustituto de ciertos combustibles contaminantes. El ejemplo más claro está en el transporte pesado de mercancías por vía marítima, pero también se plantea en aviones o, incluso, que alimente centrales eléctricas.
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Todo ello también genera otras oportunidades para Asturias. «El tejido industrial se va a beneficiar de estos proyectos», señala el director general de Faen, que recuerda que las ingenierías de la región tienen una dilatada experiencia en la construcción de plantas para fabricarlo y de depósitos. Como ejemplo, Duro Felguera es la compañía que ha construido la mayor esfera para almacenarlo de Europa, que está en Castellón, y es socio constituyente de la recién creada Asociación Española del Amoniaco Renovable, en la que su filial DF Green Tech ocupa una vicepresidencia. El grupo espera un auténtico 'boom' de proyectos, primero para descarbonizar su propio proceso de producción, pasar del amoniaco gris al verde, y después en otras aplicaciones. «Tiene un papel crítico», asegura el director de la Unidad de Hidrógeno y Nuevos Negocios de Duro Felguera, Luis Bausela, que destaca la experiencia de la compañía en todas las fases de su producción, desde la instalación de renovables, a la producción de hidrógeno propiamente dicha -están presentes en dos proyectos-, pasando por las plantas de separación de aire o el proceso Haber-Bosch para combinar el nitrógeno y el hidrógeno y, posteriormente, el almacenamiento. DF Green Tech forma parte, además, del consorcio Bahía H2 Offshore. Este proyecto plantea generar hidrógeno y amoniaco verde en una plataforma flotante frente a Santander y nace del Supercluster Atlantic Wind (SAW), en el que colaboran Asturias, Cantabria y Galicia. El objetivo es producir combustibles para barcos en zonas alejadas de la costa y cuenta ya con 5,7 millones de euros de financiación del PERTE del hidrógeno.
De momento, el desarrollo de los proyectos de amoniaco es incipiente. «Vienen detrás del hidrógeno», apunta Bausela, ya que primero se debe conseguir la producción masiva de este gas renovable, pero está convencido de su potencial. De hecho, EdP plantea producir hidrógeno verde en sus centrales térmicas asturianas, en una primera fase para consumo de la local, pero ya estudia que en una segunda sea necesario construir plantas que lo transformen en amoniaco para poder explotarlo.
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«Se puede asegurar que en Asturias disponemos de infraestructuras, capacidades y necesidades que pueden impulsar la nueva economía del amoniaco», asegura Carlos García, afirmación con la que coincide Belarmina Díaz, que subraya que «ya existe un negocio potente», pero que se espera un desarrollo aún mayor. La existencia de proyectos como los de Fertiberia y EdP, de infraestructuras logísticas dedicadas a esta sustancia en el puerto de Avilés y de otras adaptables en El Musel que confluyen, además, con rutas logísticas preferentes, así como la experiencia de las ingenierías y fabricantes de estructuras y equipos de la comunidad son una gran baza que ahora hay que aprovechar.
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