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Los dos tanques de la regasificadora de El Musel, que nunca ha entrado en servicio.
Los responsables de El Musel, esperanzados ante la promesa de legalizar la regasificadora

Los responsables de El Musel, esperanzados ante la promesa de legalizar la regasificadora

El Ayuntamiento de Gijón no se fía de las palabras del ministro de Energía «dado el historial de incumplimientos» del Ejecutivo central

NOELIA A. ERAUSQUIN/ ANA MORIYÓN

Jueves, 2 de febrero 2017, 03:31

Entre la esperanza y la desconfianza. Así acogieron las entidades que más intereses tienen en la regularización de la regasificadora de El Musel el compromiso del ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, de «buscar vías» para que la instalación pueda entrar en servicio, como le expresó el martes al consejero de Empleo, Industria y Turismo del Principado, Francisco Blanco, en el primer encuentro entre ambos desde la toma de posesión del nuevo gabinete de Mariano Rajoy el pasado mes de noviembre.

Según un portavoz de El Musel, las palabras del ministro son «alentadoras». «Apuntan en la buena dirección para un equipamiento importante para Asturias y para España», se subrayó desde la entidad, cuyo consejo de administración aprobó a finales del año pasado la incoación de un procedimiento para penalizar a la regasificadora con 400.000 euros anuales por falta de tráficos.

También desde el Principado se acogió con esperanza el anuncio, aunque con cautela, a la espera de que «ese compromiso» se «concrete en hechos», señaló ayer el consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno regional, Guillermo Martínez, que también advirtió de que el Ejecutivo asturiano «va a ser muy exigente y va a estar muy encima de ese asunto porque es muy importante para nuestra comunidad». A pesar de las buenas palabras de Álvaro Nadal, el consejero reconoció que no se detalló ningún plazo, aunque confía en que la voluntad del ministerio sea ir dando pasos. «Nosotros vamos a apremiar para que esto se produzca en el menor tiempo posible», aseguró.

Sin embargo, en el Ayuntamiento de Gijón acogieron las palabras de Nadal con mucho más escepticismo. El concejal de Desarrollo Urbanístico y portavoz del Gobierno local, Fernando Couto, se mostró muy poco convencido de que el compromiso tenga una traslación a la realidad. «Estamos igual que estábamos. El ministro no aportó ninguna novedad, no hay nada efectivo para la ciudad de Gijón ni para su industria», lamentó el edil, que limitó a «una declaración de intenciones que vale cero» las manifestaciones de Álvaro Nadal. «Dado el historial de incumplimientos de promesas del Gobierno central con la ciudad de Gijón solo nos fiamos de lo que se publica en el Boletín Oficial del Estado», insistió Couto.

Cautela en Enagás

Mientras, la compañía propietaria de la instalación, Enagás, prefiere mantenerse a la espera y tomar con cautela las palabras del ministro. La empresa invirtió 380 millones de euros en la regasificadora, cuya obra terminó en 2012, pero que nunca pudo ponerse en marcha. Varios colectivos de vecinos y ecologistas denunciaron la planta y lograron una sucesión de sentencias que consideran que los trámites para la licencia de construcción otorgada a Enagás en 2008 por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio se iniciaron cuando estaba en vigor la limitación que establecía que estas instalaciones no se podían ubicar a menos de 2.000 metros de núcleos de población. Por ello, con los fallos en la mano, reclaman la demolición de la regasificadora que, no obstante, podría ser regularizada mediante un acuerdo del Consejo de Ministros, como se hizo con la planta gallega de Mugardos, una opción que el Ejecutivo de Rajoy no utilizó en la anterior legislatura, e incluso «a través de otra fórmula», como señaló el martes el ministro,que coincidió con Blanco en que sería «absurdo» proceder a su derribo.

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