La marea feminista tomó la plaza Mayor de Gijón

Sara Combarros, una de las integrantes del Movimiento 8-M, fue la encargada de dirigirse a la marea morada de asistentes. «¡Otra vez inundamos las calles de huelgas feministas!», animó tras el megáfono. «¡Ni un paso atrás, millones adelante!», arengó antes de leer su manifiesto. Durante su intervención recordó que ayer se ocuparon las calles para hacer visible el trabajo femenino y las condiciones de precariedad que en muchas ocasiones lleva asociadas. Para dar un paso más hacia la igualdad. «Somos miles, millones, las mujeres dispuestas a conseguirlo. Vamos a por todas».

No obviaron el éxito del año pasado: «Dijimos que nadie podría mirar a otro lado y lo conseguimos». Pero también reconocieron que aunque ha habido algunos cambios, «no han sido todos ni para todas». Por eso, ayer, la población volvió a estar llamada a una huelga de 24 horas en cuatro ámbitos: laboral, de cuidados, estudiantil y de consumo. Sabiendo «que esto ni empieza ni acaba el 8-M».

Ante cientos de mujeres de muy distinta condición y de políticos de todo signo -estaban presentes los ediles Ana Castaño, Aurelio Martín, Eva Illán, Mario Suárez, Celso Ordiales, Monchu García y Marina Pineda, entre otros-, las organizadoras evidenciaron la que es la verdad a voces de la jornada: «Si nosotras paramos, se para el mundo». Aunque la huelga feminista «es una propuesta abierta a todo el mundo».

Antes de iniciar la marcha adornada con pancartas y globos morados por el Muro hasta la plaza del Parchís, las alumnas de la Escuela de Arte realizaron una performance. El sindicato estudiantil clamó consignas como «Yo no necesito un príncipe azul» o «Ni sumisa, ni devota. Quiero ser libre, rebelde y loca». La portavoz del sindicato estudiantil, Anahí López, informó de que el paro fue secundado de forma masiva en los centros educativos y en un 90% en el ámbito universitario

Pasada la una de la tarde, las concentraciones gijonesas comenzaron a disolverse. Pero aún se escuchaban los gritos: «¡Puxa la llucha de les muyeres!». Una inyección de adrenalina de cara a la cita vespertina.

También la plaza del Ayuntamiento en Oviedo se tiñó de morado para reivindicar la «lucha por la igualdad real». Fueron más de cien colectivos congregados, entre asociaciones estudiantiles, sindicatos y grupos políticos, a excepción del PP.

En Avilés, se repitió el mismo guion, en la plaza de España. Horas antes, los piquetes feministas recorrieron las ciudades en un ambiente festivo. Pero también reivindicativo, lanzando proclamas contra la discriminación, la violencia machista, la justicia patriarcal. Luanco, Villaviciosa, Llanes, Infiesto, Siero, Langreo... En todas partes ocurrió lo mismo. Miles de personas tomaron las plazas consistoriales para aclarar que «todo lo ajeno a la igualdad es de otro siglo». Seguimos en el XXI.