Gijón grita en favor del feminismo más combativo

Las 19 horas fue la hora elegida para comenzar una protesta que duraría dos horas y que llenó el recorrido desde la plaza de toros hasta la del Humedal de cánticos y protestas con un denominador común: «la injusticia patriarcal». Tal vez fue cosa de juventud, de aquellas que como Ana González y Elena Delsol, de 16 años, aún dan sus primeros pasos en la lucha feminista, o tal vez fuese cosa de rabia contra un «sistema opresor» que no permite que la calle y la noche también sean nuestras, que impide que «solas y borrachas» podamos llegar a casa o que, como en el caso de las más veteranas, como las jubiladas Carmen Martínez y Gloria Poo, afecta a sus pensiones. Así lo recordaba Gloria minutos antes de la manifestación asegurando que «en mi época éramos empleadas del hogar y no nos aseguraban». Ayer, su voz se alzaba por la joven que fue y «por la libertad de todas las mujeres».

Diez minutos después de lo programado comenzó la movilización a la que se fueron uniendo viandantes -convencidos por la propuesta de las manifestantes que gritaban «no nos mires, únete»- y en la que no faltaron cánticos contra los partidos de la oposición, contra la monarquía y contra la extrema derecha. Las voces coreaban «Vox escucha, estamos en la lucha» o «Menos monarquía y más educación». Tampoco estuvieron ausentes las reivindicaciones en favor del colectivo LGTBI, con gran representación en la manifestación con banderas arcoíris y cánticos como «feminismo no es transfobia». Y es que huir de las cuestiones políticas resultó una tarea imposible, algo a lo que no ayudó la reforma de la ley del 'sí es sí', sacada adelante con el apoyo del PP. Este hecho no pasó desapercibido entre las manifestantes, cuya indignación fue recogida por Anahí López, portavoz del Sindicato de Estudiantes y de Libres y Combativas, quien afirmó con rotundidad en la lectura del manifiesto que ponía fin a la manifestación, que la reforma de la ley supone «un paso atrás» en la lucha feminista, una vuelta a que se nos vuelva a juzgar «por cómo íbamos vestidas, si íbamos solas o si estábamos borrachas».

Anahí fue la última en recoger el relevo de sus compañeras de la plataforma del SAD y de la CNT, quienes consiguieron sobreponerse al agotamiento de dos horas de reivindicaciones continuas. La primera en pronunciarse fue Carmen Diego, presidenta y portavoz de la plataforma del SAD, quien no dudó en tomar el micrófono para exigir «empleos dignos, estables y seguros para las mujeres» y reivindicar la importancia de los servicios sociales, esenciales en la lucha feminista. Igualmente, Carmen lanzó un mensaje en el que aseguró que «no queremos escondernos ante el ataque al feminismo. No tenemos miedo».

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Su compañera Luara Chao, de la CNT, puso como ejemplo ante las casi mil personas concentradas en la plaza del Humedal el caso de la trabajadora de un negocio local, cuya denuncia por acoso laboral «fue archivada», para ilustrar una realidad que ocurre todos los días y por la que ayer las calles de Gijón volvieron a demostrar que no somos «cinco o seis» y que la lucha sigue «cueste lo que cueste».