
8M Día Internacional de la Mujer
María Jesús Álvarez, directora general de Igualdad del Principado
«La violencia vicaria nos preocupa: es difícil de probar si el sistema no tiene formación»Secciones
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8M Día Internacional de la Mujer
María Jesús Álvarez, directora general de Igualdad del Principado
«La violencia vicaria nos preocupa: es difícil de probar si el sistema no tiene formación»Es una semana intensa la previa a la celebración del Día Internacional de la Mujer. Pero María Jesús Álvarez (Pravia, 1962) mantiene el ... mismo ritmo aunque en el calendario no sea ni 8M ni 25N. La Directora de Igualdad del Principado tiene claro que conseguir la igualdad real entre mujeres y hombres no se logra con reivindicar en fechas señaladas, sino con el trabajo diario hacia esa meta.
–Cada vez más formados e informados, pero la violencia machista sigue. ¿Qué ocurre?
–Estamos hablando de una violencia estructural y no acabamos de interiorizar que es así. Es una violencia que tiene siglos de historia. Ahora somos más conscientes de que existe. Hay una muchísimo menor tolerancia, pero nos encontramos con el negacionismo, con el renacer de los discursos de la derecha más extrema, que tiene nostalgia de la subordinación de la mujer. Y eso no va a volver a suceder. Una sociedad que no es igualitaria es una sociedad injusta.
–Pero esa derecha más extrema es la tercera fuerza en Asturias y en España.
–Es difícil de comprender. Habría que buscar a un experto en análisis político y sociología para dar una respuesta. Es lo mismo que estamos viendo en Estados Unidos. ¿Quién vota a Trump? Parece ser que lo hacen algunas personas que van a ser víctimas de sus políticas. Mi responsabilidad es atajar esta violencia con todas las políticas a mi alcance.
–¿Cómo?
–El año pasado pusimos en marcha el Protocolo de Prevención de Violencia Sexual en el Deporte, que se suma al que ya teníamos en el ocio nocturno. Conocimos el estudio de la trata y la prostitución en Asturias, que nos va a permitir mejorar nuestra intervención. Abrimos el nuevo Centro de Crisis para Víctimas de Agresión Sexual, que nos va a permitir avanzar en la formación y la sensibilización. También logramos que todas las víctimas que cumplían los requisitos para recibir una ayuda lo hicieran, casi 600. Y estamos cambiando las bases para que en 2025 puedan acceder a esta ayuda también las mujeres víctimas de violencia vicaria. Y estamos cambiando la Ley de Igualdad y Prevención de la Violencia de Género en Asturias y queremos consolidar los derechos de las víctimas por ley.
–Las víctimas de violencia vicaria se desesperan porque ven muy difícil probarla.
–Es una de nuestras principales preocupaciones. La cifra de menores asesinados por sus progenitores para hacer daño a las madres es insoportable. Es cierto que, a veces, es difícil de ver, sobre todo si los operadores, no solo los jurídicos, no tienen una formación adecuada para ello. Es decir, el sistema en general, desde el sanitario hasta el jurídico, pasando por los puntos de encuentro familiar y por el educativo. Todos tienen que tener mejor formación en violencia de género y, en particular, conocer esta realidad de la violencia vicaria para detectar el primer síntoma y proteger a esos niños. Eso los recoge muy bien el nuevo Pacto de Estado.
–Antes de hablar del nuevo Pacto de Estado, toca hacer balance del primero. Asturias sacó buena nota.
–Asturias puso, hace muchos años, la red de Centros Asesores de la Mujer (CAM), que ofrece asesoramiento legal y psicológico. Hemos llegado a un convenio con la Federación Asturiana de Concejos para que cuando haya baja de alguno de esos profesionales, puedan seguir cubriendo el servicio. Y mejorar la coordinación.
–¿Entre los CAM?
–Entre ellos y con Igualdad. La respuesta tiene que ser la misma en todos lugares. Pero, en el balance del Pacto de Estado, también se señaló la Casa Malva, que Asturias fue la primera en contar con ella, o la Red de Casas de Acogida y, claro el Centro de Crisis para Agresiones Sexuales, que acabamos de trasladar a un nuevo equipamiento. Está claro que era un recurso necesario, puesto que desde su apertura, el 25N de 2020, hasta final de 2024, fueron 1.212 personas pidieron ayuda y se trabaje con 713 víctimas, algunas menores de edad. La violencia sexual está ahí, lo que faltaba era un recurso para atender a las mujeres que la sufren.
–¿Qué supone el nuevo Pacto de Estado para las víctimas? ¿Se va a poner el foco real en la violencia vicaria y en la económica?
–Que se haya reeditado es una magnífica noticia. No es una política más. En España, pactos de Estado se han hecho pocos y para temas muy importantes. Lo hubo contra la crisis económica, contra el terrorismo o para blindar las pensiones. El Pacto de Estado contra la Violencia sobre las Mujeres significa que todos los partidos políticos, todas las instituciones y todas las administraciones nos queremos blindar...
–Todos no.
–Bueno, hasta que llegó Vox había esa unión total porque la idea era unirnos para adoptar todas las medidas políticas necesarias para atajar la violencia, proteger a las víctimas, perseguir al delincuente. Y eso supone una financiación muy importante. Vox rompe el consenso y la unidad, pero no es menos cierto que, prescindiendo de Vox, el conjunto de los partidos seguimos a favor. Estamos hablando de un cambio de paradigma de unas dimensiones descomunales que no se resuelve en cuatro años, necesita consolidarse en el tiempo.
–¿Es necesario mejorar el control de fondos? Se han usado para cursos de macramé...
–Los fondos del Pacto de Estado tienen un seguimiento administrativo riguroso. Aunque es verdad que a veces hemos visto cosas que no parecen responder al espíritu del pacto, el grueso de las políticas van dirigidas a la prevención y la protección. Y para la formación a todo el sistema.
–Una formación que avanza lenta. En 2024 hubo que recordar al Sespa que un condenado por maltrato no tiene autoridad en la asistencia médica a sus hijos.
–Uno de los objetivos de esta dirección es no revictimizar a las víctimas. Cuando desde las administraciones públicas les hacemos dar vueltas preguntando las estamos revictimizando. Tenemos que mejorar nuestra coordinación. Tenemos que hacer llegar al conjunto de las administraciones todos los cambios legales que protegen a las víctimas.
–Los expertos dicen que, dentro de diez años, cuando veamos cómo estamos atendiendo a los menores víctima de violencia vicaria nos echaremos las manos a la cabeza.
–Hace mucho tiempo se dijo ya que los hijos de las víctimas son, también, víctimas. Uno de los objetivos de que todos los CAM tengan cuenten con psicóloga es para que las víctimas y sus hijos reciban esa atención especializada.
–Asturias ha sido pionera en Coeducación. ¿Está ya totalmente implantada?
–Asturias tiene una trayectoria de compromiso de los centros educativos y del profesorado y de las familias en coeducación. Es verdad que desarrollada, a veces, de forma poco estructural. En la pasada legislatura, esta dirección ya elaboró unos programas y materiales que están testados en todas las etapas educativas. Ese trabajo nos ha permitido comprobar que Coeducastur es un programa que funciona. Lo queremos implantar ahora de forma estructurada. Por eso este año pusimos en marcha un curso de formación para 50 centros de Primaria. La respuesta ha sido tan buena: se han inscrito 120.
–Más del doble.
–Sí. Queremos que este trabajo se siga consolidando en el tiempo, que sea una herramienta útil. Este año queremos poner en marcha la primera escuela de formadoras en Coeducación. Para disponer de más personas que puedan trasladar este impulso. Queremos hacerla en verano, en el mes de julio, será una intensa semana de formación.
–Coeducación ha sido calificada como adoctrinamiento y, en términos más gruesos, como 'chochocharlas'.
–Seguí la intervención del diputado de Vox en el Parlamento asturiano, Javier Jové, y me dio pena, porque no sabe de lo que habla. Con todos mis respetos, su señoría no sabe de lo que habla y lo hace con términos despectivos, soeces, vulgares. Creo que de un representante de los ciudadanos en la Junta se espera otra cosa. Se espera conocimiento, rigor y propuestas. Todos los diputados de la Junta tienen acceso a Coeducastur, está abierto. No se me ocurre qué puede haberle pasado por la cabeza para utilizar esos términos. Es una buena herramienta para educar desde la escuela en igualdad. Porque la igualdad también se aprende, como se aprende la desigualdad. Es triste que se utilice algo tan importante y básico de la construcción democrática como arma arrojadiza.
–Con todo este ruido, ¿alguna familia rechazó Coeducastur?
–A mí no me consta. En todo caso, la coeducación no es adoctrinamiento como dice la ultraderecha, es aprender a respetar al que es distinto. Es construir un espacio educativo tolerante, en el que los conflictos se resuelvan por la vía del diálogo y del respeto. Acabar con roles que llevan a creer que las niñas no tienen capacidad para determinados puestos de trabajo o carreras. A la vista está que, siendo ellas más del 50% en la Universidad, sin embargo, en las carreras científicas no llegan al 20%.
–Además de coeducar, ¿es necesario avanzar en corresponsabilidad? Siguen siendo las mujeres las que dejan el trabajo para cuidar de la familia.
–Las mujeres nos hemos incorporado hace muchos años al mercado laboral, es verdad que en situación diferente y peor que los hombres, porque seguimos soportando todo lo que tiene que ver con los cuidados. Esto condiciona nuestras carreras profesionales y nuestro futuro, porque depende de ellas nuestra pensión. La falta de referentes también influye. Necesitamos mujeres ocupando espacios y verlas más. En la mesa de concertación de igualdad una de las iniciativas que se puso en marcha, en colaboración con la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) fue la creación de un espacio para mentorización de mujeres empresarias para que puedan ocupar espacios de liderazgo en sus empresas. Y, con UGT y CC OO hemos puesto en marcha, y está por primera vez en los presupuestos, una escuela sindical de género para que las mujeres sindicalistas puedan tener un mejor liderazgo y una mejor posición.
–Pero sin conciliación...
–Cuando hablamos de conciliación nos dirigimos solo a las mujeres, cuando hablamos de corresponsabilidad, a toda la sociedad. Las mujeres queremos el 50% del poder y desprendernos del 50% de la responsabilidad en los cuidados del entorno familiar.
–Casos Errejón y Monedero. ¿Consejos vendo que para mí no tengo?
–Lo que pone de manifiesto es que la violencia sexual está en todos los sitios, es una realidad que, afortunadamente, ahora identificamos mejor. Hace pocos años no es que se tolerara, es que no se identificaba como una agresión. Si comparamos el caso Nevenka, que no sé porqué lo llamamos así.
–Debería ser el caso Ismael
–Exacto, pues la respuesta entre aquel caso y estos es muy distinta. Algo hemos avanzado, pero queda mucho camino aún.
–¿Entiende el enfado por el recorte de penas a 'La Manada'?
–Me pongo en la piel de la víctima y entiendo que tiene que sentir dolor y frustración y desafección hacia el sistema. Tenemos que ser absolutamente exigentes en el cumplimiento de las penas. Y cada vez más intolerantes como sociedad hacia cualquier agresión.
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