Pablo Carreño ya está en la final del Torneo Conde de Godó ATP 500. El tenista asturiano venció en el partido que había sido interrumpido ayer a causa de la lluvia al argentino Diego Schwartzman por 6-3 y 6-4. Un gran triunfo del asturiano que, además, le permite ganar tiempo para el descanso de cara al partido de la tarde en el que se jugará el título con Alcaraz, ganador de la otra semifinal. El murciano venció al australiano De Miñaur tras tres horas y media de partido.
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El gijonés, que superó el cansancio físico acumulado tras una maratoniana jornada el viernes, agradeció el descanso de ayer, provocado por la lluvia y hoy se mostró superior a un rival al que tiene comida la moral. No dio opción Carreño al argentino que intentó todo para doblegar la resistencia del asturiano, autoritario desde el fondo de la pista.
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Después de dos años de caer en semifinales, el gijonés jugará su primera final en Barcelona, en el club donde se ha formado como tenista de alto nivel. «Es una victoria muy especial para mí», resume Carreño, «es increíble». Tuvo palabras de reconocimiento para la organización y para los espectadores, «que también lo han pasado mal por culpa del tiempo». Sobre la opción de que tenga más tiempo que su hipotético rival, Carreño le quita importancia. «Salí a ganar el partido, no pensando en hacerlo rápido», sonrió el asturiano contento de volver a disputar una final en un torneo ATP 500 después de la cita de Hamburgo.
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