Enric Gardiner
Sábado, 27 de enero 2024, 11:27
El padre de Aryna Sabalenka falleció de forma repentina en noviembre de 2019. Se fue con dos deseos para su hija, que fuera número uno del mundo y que conquistara dos Grand Slams con 25 años. El primer sueño lo cumplió durante el pasado US ... Open, cuando llegó a la final y perdió contra Cori Gauff. Esa derrota evitó que sumara el segundo Grand Slam a su palmarés.
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La bielorrusa, que cumple 26 años en mayo, sabía que este Abierto de Australia era la última oportunidad para cumplir el antojo de su padre y cuando saltó a la pista ante la china Qinwen Zheng, no había nadie que pudiera pararla.
Sabalenka venció este sábado a Zheng por 6-3 y 6-3 y conquistó el segundo Grand Slam de su carrera sin ceder un solo set en las dos semanas de competición. Ha sido la dominadora absoluta del torneo y se ha convertido en la quinta mujer de este siglo en ganar el título sin perder un set, junto a Lindsay Davenport (2000), Maria Sharapova (2008), Serena Williams (2017) y Ash Barty (2022), además de ser la primera que revalida entorchado desde su compatriota Victoria Azarenka en 2012 y 2013.
No será número uno de nuevo, porque Iga Swiatek seguirá con una ventaja de 875 puntos, pero es la total dominadora de las pistas duras y, sobre todo, de Australia, donde el año pasado se quitó el gran lunar de su carrera, el peso de ganar un Grand Slam. Ese fue un título mucho más sufrido que este, en el que, hasta las semifinales con Gauff no había perdido más de tres juegos en un mismo set. La estadounidense fue el último gran obstáculo antes de una final ante la debutante Zheng, de 19 años, inexperta en estas situaciones y que, antes de este año, nunca había ganado dos partidos seguidos en Melbourne.
Aun así, dio una buena imagen, sobre todo gracias a un servicio con el que consiguió seis 'aces', pero no pudo hacer nada para frenar a la bielorrusa, que solo se estancó cuando tuvo que cerrar el partido. Perdió los cuatro primeros puntos de partido y sonrió durante los dos primeros, antes de cambiar el gesto y ponerse más seria cuando vio que se le atragantó ese último juego. Al sacarlo adelante, Sabalenka cumplió la promesa hecha a su padre y en su última oportunidad logró el doblete de Grand Slams. No hubo lágrimas en su cara, solo orgullo.
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Mientras su nombre se inscribía en el Daphne Akhurst Memorial Cup, Sabalenka sonreía al horizonte y saboreaba un triunfo que hace poco más de un año parecía que no iba a llegar nunca. Porque hasta que descorchó ese primer Abierto de Australia hace un año, Sabalenka parecía perseguida por el fantasma de las derrotas en semifinales. En esa instancia cayó en Wimbledon 2021 ante Karolina Pliskova, en el US Open 2021, ante Leylah Fernández, y en el US Open 2022 ante Iga Swiatek. Dos remontadas y una derrota ante una jugadora que no era ni cabeza de serie cimentó el mito de que la bielorrusa, que ya por entonces era número dos del mundo, «no estaba hecha para grandes partidos». Ese estigma se lo quitó al levantar un set a Elena Rybakina en la final de Australia hace un año.
Desde entonces, irrumpió en las semifinales de Roland Garros y Wimbledon, además de perder en la final del US Open. Su mejor año en los Grand Slams y podría haber sido aún mejor, ya que debió hacer por lo menos final tanto en París como en Londres.
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«No podía imaginar que volvería a levantar este trofeo», admitió la bielorrusa ya con la copa entre sus manos.
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