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Garbiñe Muguruza, durante el torneo de Singapur.
Garbiñe Muguruza sigue imparable
COPA de maestras

Garbiñe Muguruza sigue imparable

La española consiguió ante Kerber su segunda victoria en Singapur, de nuevo sin ceder un solo set, y está a un parcial de las semifinales

VICTORIO CALERO

Miércoles, 28 de octubre 2015, 00:24

Garbiñe Muguruza es una de las favoritas en su primera Copa de Maestras. Lo es porque se lo cree y porque es la única tenista que no ha cedido aún un solo set en el torneo gracias a victorias como la que consiguió este miércoles ante Angelique Kerber, otro triunfo basado en el apisonamiento.

La tenista más joven en Singapur se impuso por 6-4 y 6-4 a la número siete del mundo gracias especialmente a sus golpes desde la línea de fondo. Metida en la pista es imparable. Jugando de tú a tú, a puntos cortos, no hay otra igual. Anclada en esa zona de la pista donde ella es poderosa dominó a la germana. Y lo mejor para ella es que no ofreció su mejor versión. Fue más efectiva que brillante.

«Tengo que dar lo máximo para ganar, reconoció la tenista nacida en Caracas a pie de pista. Tocaba eso: vencer y quedarse a un pasito de las semifinales con dos victorias y ninguna derrota, con cuatro sets a favor y ninguno en contra. Le vale con ganar un set a la checa Petra Kvitova en su tercer partido para clasificarse entre las cuatro mejores.

Una victoria que consiguió Garbiñe con el mismo denominador común que en su primer partido: ante otra jugadora zurda y arrollando. Arrancó con cuatro zambombazos desde la línea de fondo y con una rotura en su primera oportunidad. Lo que se llama empezar metiendo miedo. Vino a decirle a su rival que si quería enredarla desde la línea de fondo lo iba a tener bastante complicado. No quería juegos, no deseaba trampas en forma de ángulos, cortados ni dejadas. Ella quería partir la bola con su revés y derecha desde atrás y luego definir en la red. Garbiñe en estado puro.

Sin embargo, esa ventaja inicial fue contrarrestada rápidamente por Kerber. A la española le hacía daño el saque abierto en el lado de la ventaja. Eso y los puntos largos. Sufría yendo y viniendo de un lado a otro de la pista. Afortunadamente para ella volvió a conectarse al final del set. Con 4-4, de nuevo fue agresiva al resto: una subida a la red, un revés paralelo ganador y otro revés decisivo declinaron la balanza. Tiros definitivos, golpes vehementes, los mismos que utilizó para cerrar su saque y el set. Si su servicio funciona, Muguruza marcha. Y el primer set, sin grandes alardes ni florituras, ya lo tenía.

Para Kerber era un suplicio ver a la tenista española pegando parada. Cada golpe en el sitio, sin mucho desplazamiento, era sinónimo de ganador. Por eso la germana sobrevivía a duras penas al inicio del segundo parcial, sufriendo al saque y al resto. Hasta que un winner de revés en el quinto juego la descolocó. Fue un mazazo de la española. Fue un golpe que daba la rotura a Garbiñe y le abría las puertas del parcial.

Un malentendido con la jueza de silla, que le dio a Garbiñe un juego que le ponía 5-2 cuando no lo había cerrado aún, trastocó los planes de la número tres del mundo. De ese posible 5-2 a su favor se pasó al 4-4, con un break de por medio. Tocaba otra vez a remar. Y supo de nuevo sufrir para ganar.

Reajustó su tenis desde la línea de fondo, redujo el número de errores y, sobre todo, volvió a mandar. Así volvió a romper el servicio de su rival y cerró el partido con el suyo. Ante las dificultades, serenidad. Frente a los problemas, la nueva Garbiñe Muguruza, la que rinde a la perfección en los momentos decisivos, la que sigue imparable en la Copa de Maestras.

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