Los cuartos y los problemas físicos, las barreras de Muguruza

La hispano-venezolana debutará con la francesa Jessika Ponchet, de 21 años y número 270 del mundo, quien sólo cuenta con una victoria en el circuito WTA y ha sido invitada por la organización. A partir de ahí, Muguruza podría cruzarse con la china Su-Wei Hsieh, con Agnieszka Radwanska en tercera ronda y con Maria Sharapova o Angelique Kerber en octavos de final. Simona Halep (actual número uno) o Karolina Pliskova podrían ser el obstáculo en semifinales, quedando para una hipotética final tenistas como Elina Svitolina o la número dos del mundo, Caroline Wozniacki.

Es decir, su camino se convierte en una odisea a partir de la tercera ronda, en la que cualquier partido podría ser la final del torneo. Pero Muguruza está acostumbrada a estos cuadros terroríficos y a lidiar con los problemas físicos a principios de año. En este mismo escenario, en 2017, sufrió problemas en el adductor que cerca estuvieron de tirar al traste sus opciones en primera ronda. La campeona de Wimbledon aguantó el envite y llegó a cuartos de final, su tope en Melbourne. Pisar más allá de semifinales sería un grandísimo resultado, no ya una obligación, pero sí una constante necesaria para volver al trono de la WTA.

En cuanto al resto de españolas, Lara Arruabarrena tratará de pasar la primera ronda, como ya hizo en 2015 y 2016, y debutará ante Richel Hogenkamp, 109 del mundo, mientras que Carla Suárez comenzará contra una jugadora procedente de la previa.