DANI BUSTO
GIJÓN.
Miércoles, 13 de marzo 2019, 00:25
Rugido de motores y el cariño de sus allegados. Así le habría gustado a él que fuese su último adiós. Y así será el que hoy reciba el joven Enol Megido, fallecido el pasado domingo en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, horas después de ... haber sufrido supuestamente un desvanecimiento durante la disputa de una carrera de motocross en Rueda (Valladolid). Todavía está pendiente el resultado de la autopsia que determinará con precisión las causas del fallecimiento, si bien fuentes consultadas descartan que fuera producido por el impacto en la caída.
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El piloto asturiano, de 19 años, será despedido esta tarde en su localidad natal, Cabañaquinta, donde se llevará a cabo su funeral y donde se realizará una simbólica marcha de moteros. Esta iniciativa, promovida por el Motoclub Valdesoto, partirá desde el tanatorio de Moreda (17 horas) y, tras recorrer algo más de once kilómetros, llegará hasta la iglesia de Cabañaquinta, donde se celebrará la misa, a partir de las 17.30 horas.
La familia de Enol Megido mostró su predisposición para la realización de este tipo de homenajes. Será una actividad en la que se volcarán los amigos del piloto, todos ellos muy vinculados al mundo del motor y el motociclismo. El dorsal '27', con el competía habitualmente, se convertirá ya en un símbolo con el que recordar al joven allerano. De hecho, Édgar Alonso, uno de sus mejores amigos, prometió tatuarse este número junto al nombre de Enol para tenerle siempre en el recuerdo. «Seguiré adelante porque es lo que le hubiera gustado a él», asegura mientras digiere la pérdida de su amigo.
Tal era esta pasión que incluso habían planeado habilitar un circuito de motocross en unos terrenos de Laviana. Nada parecía frenarles. Enol Megido debutó en la competición de motocross el curso pasado y su progresión hacía prever que este año iba a subir un peldaño más en las clasificaciones regionales.
Por el tanatorio de Moreda se acercaron ayer numerosos amigos y personas cercanas a la familia de Enol Megido. Recuerdos, anécdotas, detalles y gestos emotivos se entrecruzaron a lo largo de la mañana y también durante la tarde. Un hormigueo constante de personas que denotaba el aprecio que tenían por él quienes mejor le conocían. Era un joven risueño que se había ganado el cariño de todos, rivales sobre la pista incluidos.
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También desde Mieres acudieron ayer numerosas personas para dar el pésame a la familia de Enol, quien trabajaba en un pub de esta localidad, donde, gracias a su carácter afable, también había fraguado buenas amistades. El infortunio, la desgracia repentina, cortó de raíz sus sueños de futuro. Estaba a punto de entrar en el Ejército y soñaba con lucirse en el Campeonato de Asturias de MX2, que comenzará el próximo mes con la disputa de la primera prueba en Candamo.
A pesar de su súbita marcha, el sonido de las motos, el que más le gustaba, no dejará de escucharse. De ello se encargarán hoy sus amigos, con el mejor homenaje posible a un gran amante de los grandes saltos.
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