Borja González
Domingo, 25 de junio 2017, 12:10
Da igual lo que pase durante los entrenamientos, porque las carreras de Moto3 son tan locas e impredecibles que los favoritos pueden pensar en cualquier resultado el domingo aunque pinchen el sábado en el entrenamiento oficial que conforma la parrilla. Que se lo digan si no a Jorge Martín, con seis 'poles' en total, cinco consecutivas, y sin victorias; o a Romano Fenati y John McPhee, segundo y tercero respectivamente en la carrera de Assen y que habían salido desde los puestos quince y diecinueve.
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Fin de semana tras fin de semana, la clase pequeña premia al valiente, al que tiene las cosas más claras, aunque la cita holandesa terminase con una última vuelta de infarto, con un grupo de once pilotos pendientes de sobrevivir y de colocarse lo mejor posible para el final. Y como en muchas zonas del trazado no entran todos los que quieren estar, son los pequeños detalles, milimétricos, pequeños toques, frenar un poco antes o un poco más tarde, evitar que alguien se te meta encima o te bloquee, los que deciden el resultado final.
Con este panorama fue Arón Canet -que había tenido que remontar hasta el grupo de cabeza tras una mala salida- el que se llevó el gato al agua, el que mejor interpretó el último giro, al que llegó tercero tras Mir y McPhee y en el que buscó los huecos mejor que ningún otro. De ese barullo no pudo sacar provecho Martín, cuarto, ni Joan Mir, que con su noveno puesto perdió algo de la ventaja que tiene en la general, aunque mantiene un buen colchón de 30 puntos cuando estamos a punto de llegar al ecuador del campeonato.
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