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Carlos Sainz, en el pasado Gran Premio de Mónaco. reuters
Oportunidad o pesadilla perfecta
GP de Mónaco

Oportunidad o pesadilla perfecta

Leclerc, que no ha acabado ninguna carrera en su casa, Sainz o Alonso, entre otros, miran con esperanza y recelo a partes iguales la cita en el Principado

david sánchez de castro

Madrid

Jueves, 26 de mayo 2022, 12:26

Si se habla de Fórmula 1, hay un Gran Premio que está muy por encima del resto. Desde siempre, Mónaco ha ocupado un lugar primordial en el calendario del automovilismo mundial y aunque hace ya años que no cumple con los estándares aceptables de seguridad, visibilidad o incluso espectáculo que exige el deporte actualmente, es una cita ineludible, salvo pandemia mundial. Ya pueden meter Las Vegas, Azerbaiján, Arabia Saudí o el lugar que sea, que ir a Mónaco es algo que no va a cambiar… a corto plazo al menos.

Para todos los pilotos, presentes y pasados, la cita en las calles del Principado está señalada en rojo. No tanto porque pueda ser una carrera en la que se vaya a decidir el título, ni mucho menos, sino porque es la indispensable a la hora de plantear un hipotético resultado inesperado. Hace ya tiempo que no pasa porque los competidores van con mucho cuidado, pero antaño Montecarlo era un lugar donde era posible ver a un noven o décimo en cualquier otro circuito pelear por el podio (que no es tal, por el protocolo que exige que los Príncipes estén siempre por encima de los pilotos) o incluso por la victoria.

También es un lugar perfecto para reivindicarse. Carlos Sainz lo hizo en 2021, cuando con el segundo puesto que logró aquí se hizo con su primer podio con Ferrari y empezó a confirmarse como el líder de la Scuderia. Mucho ha cambiado la situación en este 2022. El madrileño no es capaz de mantener el ritmo de un Charles Leclerc que, hasta este domingo en Montmeló, ocupaba el primer puesto de la clasificación general. El monegasco corre en casa, pero tiene una particular maldición aquí: nunca ha acabado en la carrera que pasa literalmente enfrente de su casa. Desde Maranello están preocupados por cómo Red Bull les ha comido la tostada en las últimas carreras y lo que parecía que iba a ser una temporada vino y rosas está tornando en vinagre y espinas.

Max Verstappen es consciente de que en Mónaco puede pasar de todo, y también de esa particular maldición. Ganar de nuevo en el que ha sido su país de adopción (vive allí desde hace un tiempo con su pareja, Kelly Piquet, hija del mítico tricampeón Nelson Piquet) sería el refrendo de que el vigente rey de la Fórmula 1 ha recuperado el camino del éxito para intentar la reedición del título. Tendrá que tener muy vigilados a los Ferrari, con ganas de revancha, pero también a su propio compañero Sergio Pérez, que aceptó a regañadientes la disciplina de equipo en Barcelona y querrá tomarse su justa satisfacción.

Si se cumplen las expectativas, también pueden estar en la pelea los hombres de Mercedes. Tras un inicio de temporada en el que no han ido las cosas, ni mucho menos como esperaban, George Russell (que mantiene su pleno de 'top 5' en este año, la regularidad es innegable) y un Lewis Hamilton con intención de reivindicarse pueden estar en la pugna, máxime en un trazado sinuoso donde las notables (aunque cada vez menos) carencias del W13 quedan difuminadas.

Alonso tiene mucho que decir

Fernando Alonso es uno de los pilotos de la parrilla que ha ganado en Mónaco, como bien se encargaba de recordar en los tiempos en los que puso de moda la pelea por la triple corona del automovilismo. Lo hizo en 2006 y 2007, en ambos casos como vigente campeón del mundo. Lejos quedan ya aquellos tiempos.

El escenario es radicalmente distinto. Solo ha sumado 4 puntos en las primeras citas del año, y aunque los dos últimos hayan sido con una espectacular remontada de 11 posiciones desde el vigésimo al noveno en Montmeló, la sensación es que su futuro pende de un hilo. En Alpine ya no se guardan nada y públicamente le colocan con las mismas opciones que el probador Oscar Piastri para conseguir uno de los asientos de la próxima campaña junto a Esteban Ocon.

No habría mejor escenario para recordarles a los responsables del equipo anglofrancés que a sus casi 41 años aún es uno de los mejores de la parrilla, por muy prometedor que sea el australiano. Ahora bien, tiene una doble lectura: un fallo, un mal resultado, una mala sensación general… y quizá esta sea la última visita de Fernando Alonso a Mónaco como piloto de Fórmula 1.

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