Si es que en algún momento la había perdido, Fernando Alonso tiene motivos para recuperar la ilusión. Conocida la competividad del Aston Martin, pese a ese pelín de falta de velocidad respecto a los Red Bull, Fernando Alonso está explorando de nuevo sus propios ... límites.
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«La gente vuelve a sonreír tras el mal trago de los últimos años. Vuelve a estar arriba. Es el mejor, el campeón...», dice el gijonés Xose Camblor mientras observa el McLaren MP4-22 con el que acarició el Mundial 2007. «Ha demostrado que tiene este año un coche competitivo, que nos puede dar una alegría, que puede lograr esa trigesimotercera victoria», añade Alejandro.
Padre e hijo recorrían ayer en La Morgal las entrañas del Museo Fernando Alonso, un piloto que llegó a la F-1 no sólo para ganar, sino para hacer época y un lugar emblemático para cientos de miles de aficionados locos por el motor como los gijoneses Sergio Gancedo -«tenía que verlo sí o sí. El domingo estuvo perfecto, es el mejor»-, Jonathan Honrado -«me emocioné, tiene mucho talento»- e Hidalgo García -«con Aston Martin va a conseguir metas grandes. Ojalá podamos soñar con esa tercera corona»-, que se fotografiaron junto al mono, el casco y la copa del primer podio de 2023.
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