Hamilton, a la izquierda, y Verstappen, ayer, en la rueda de prensa oficial de la FIA. REUTERS

Hamilton, el destape rumbo a la fiesta del accidente

Máxima igualdad. Como en otros finales históricos del Mundial, a Verstappen le sirve la retirada de Hamilton en Abu Dabi para proclamarse campeón

D. SÁNCHEZ DE CASTRO

Viernes, 10 de diciembre 2021, 01:25

Visto de dónde venía el campeonato del mundo de F-1 en los últimos años, ni en los mejores sueños de los marketinianos más sórdidos habría aparecido un escenario así para el último acto de 2021. Max Verstappen y Lewis Hamilton, por este orden, llegan ... al renovado circuito de Yas Marina en Abu Dabi empatados a puntos después de la disputa de 21 grandes premios. Las cuentas son sencillas: el que quede por delante gana y, si no puntúan ninguno de los dos, lo hará el de Red Bull.

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Esta última posibilidad es la que ha generado más comentarios en los últimos días. Lo ocurrido en Arabia Saudí, donde Hamilton embistió por detrás a Verstappen y el sancionado fue este por frenar de más, invita a pensar que irremediablemente estamos ante un gran premio que acabará en accidente. Los dos contendientes por el título se las han tenido de todos los colores durante esta temporada, con episodios que acabaron en accidentes como los de Silverstone (culpa de Hamilton) y Monza (culpa de Verstappen). Se tienen demasiadas ganas y tan poco respeto que el miedo no es un factor a tener en cuenta.

En caso de contacto que les deje a los dos fuera, el beneficiado sería Verstappen. El neerlandés ya ha demostrado a lo largo de la temporada que está dispuesto a sobrepasar lo que se considera una lucha justa: si tiene que trazar por donde no es recomendable, lo hará. El británico, en cambio, es más sibilino: él dejará que su rival le tire la primera estocada y aprovechará su impulso para sacar provecho. La primera curva del trazado abudabí es el lugar donde muchos ven que se producirá una escena que se ha repetido en infinidad de carreras a lo largo de la historia: Verstappen se irá largo, Hamilton estrangulará su reentrada al asfalto y o bien se chocan, o bien uno de los dos será sancionado.

Y es que la aportación de la FIA será clave. Michael Masi, director de carrera y juez máximo de las pruebas, se ha visto totalmente sobrepasado por las circunstancias. De hecho, la FIA ha anunciado medidas si uno de los dos pilotos realiza «cualquier violación de los principios de equidad en la competición, comportamiento de manera antideportiva o intento de influir en el resultado de una competencia de una manera que sea contraria a ética deportiva».

Pero ocurra lo que ocurra, esta será la traca final de una temporada que pasará a los anales de la historia. Hamilton y Verstappen han propiciado una de esas campañas que crean afición, regada de polémicas dentro y fuera de la pista que es lo que, como ha enseñado la historia de cualquier competición, crea poso. ¿O acaso es casual que estos días en Google hayan aumentado las búsquedas de 'Suzuka 1990', 'Senna vs. Prost' o 'Jerez 1997'?

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Otros focos

Sin embargo, hay muchas más líneas argumentales que cerrar en esta apasionante novela de suspense. El Mundial de Constructores, que es el que reparte el dinero, está aún en el aire: Mercedes llega con 28 puntos de ventaja sobre Red Bull y parte como gran favorito.

La historia de la F-1 ha regalado accidentes inolvidables con el título en juego. La pareja más célebre está compuesta por Senna y Prost, quienes chocaron dos veces en la última carrera en 1989 y 1990 (Japón) con reparto de títulos, uno para cada uno. Michael Schumacher fue especialista en juego sucio. En 1994 provocó un accidente con su rival, Damon Hill, del que obtuvo su primer campeonato. Peor le fue en 1997. Buscó otro choque con Jacques Villeneuve pero salió malparado: el alemán se quedó fuera y el canadiense pudo continuar para ganar su único título.

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