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D. S. DE CASTRO
Lunes, 14 de noviembre 2022, 03:25
Fernando Alonso protagonizó la remontada del día, que hubiera sido mejor de no haber tenido una mala parada en boxes. El asturiano recuperó doce posiciones y estaba muy contento, no solo por el resultado, sino también porque no tuvo pelea con su compañero esta vez.
«Hoy (por ayer) no hemos chocado, hemos mantenido las distancias con los demás. En ese sentido contento, porque hemos hecho una carrera al ataque. Después de la retirada de Norris y sabiendo que no perdíamos puntos hemos ido a por todas, hemos sido agresivos. Al final, me he llevado un buen recuerdo de Brasil», resumía el español.
Fue un buen fin de semana para Alpine y para él en concreto, que con una estrategia a tres paradas tuvo que hacer prácticamente 70 vueltas de clasificación.
Mercedes ha vuelto. Tarde, porque ya no pueden hacer nada más allá que luchar por el subcampeonato, pero han demostrado a lo largo del fin de semana del GP de Brasil que sin un Red Bull que sale seriamente tocado, ellos pueden ser campeones. El ganador no fue el de siempre, sino George Russell, que por fin logró su primera victoria en Fórmula 1 y que no se lo podía creer.
Lewis Hamilton, segundo, aceptó con deportividad y alegría por su compañero el resultado, aunque no fue el soñado por él. Puede dar gracias, porque en esta carrera estuvo muy cerca de quedarse fuera a las primeras de cambio por culpa del malo, malísimo, del gran premio en Interlagos. Verstappen, el bicampeón todopoderoso de este año, mostró su frustración contra Hamilton en los primeros giros. En la reanudación tras el primer coche de seguridad, provocado por un golpe de Daniel Ricciardo a Kevin Magnussen. El neerlandés de Red Bull demostró que no hace prisioneros y en las difíciles 'S' de Senna, donde Hamilton no le dejó espacio, intentó abrirse paso a base de 'codazos'. En el toque con el heptacampeón, fue él quien salió más perjudicado con el alerón tocado y una sanción de cinco segundos. Pero mucho peor fue lo que hizo Verstappen en las últimas vueltas. Cuando estaba peleando por alcanzar a Fernando Alonso, uno de los héroes de la carrera, por el quinto puesto, le pidieron que dejara pasar a Sergio Pérez para que sumara un punto más en su caza por el subcampeonato del mundo. Verstappen se negó. «Ha demostrado la persona que realmente es», replicó Checo, al que su propio equipo le perjudicó con una pésima estrategia. En una carrera llena de líos, Carlos Sainz fue uno de los ganadores. El madrileño acabó tercero para lograr el décimo podio de la temporada, en el que dejó claro que sin Charles Leclerc puede ser un líder para Ferrari si nada falla.
En una carrera en la que Fernando Alonso salía 17º, acabar quinto es toda una heroicidad sin paliativos. Primero porque supo adelantar a su compañero Esteban Ocon en pista sin tocarse en las primeras vueltas, algo que era razonablemente posible después de lo visto el sábado. Después, porque la estrategia a tres paradas le obligó a hacer cuatro relevos al sprint pese a que en una de ellas un problema con el neumático trasero izquierdo le hizo perder unos segundos muy valiosos. El 'undercut' que había conseguido meterle a cuatro rivales se esfumaba. La clave estuvo en la recta final de la carrera. Tras el segundo coche de seguridad (causado por el abandono de Norris), se encontró con mejor ritmo, mejores ruedas, mejor estrategia. y detrás de Esteban Ocon. Al francés le tuvieron que dar una orden directa para evitar tentaciones, lo que da una buena muestra del talante que tiene Ocon como compañero. «No pelees con Fernando», le indicaron.
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