Secciones
Servicios
Destacamos
D. S. DE CASTRO
Lunes, 6 de enero 2020
Pocas competiciones en el mundo del motor son más crueles que el rally Dakar. En cualquier momento, una duna, un mal giro o una roca pueden dar al traste con actuaciones estelares, y no entienden de palmarés, nombre o interés mediático. Este es el duro ... aprendizaje que obtuvo Fernando Alonso en su segunda etapa en el raid más duro del mundo. El asturiano perdió casi todas sus opciones a dar la campanada en el kilómetro 160 de la dura especial de ayer. La suspensión de su Toyota quedó destrozada tras chocar con una roca que le obligó a detenerse e intentar repararla para continuar. Después de media jornada en la que había estado en posiciones de podio e incluso había mejorado los tiempos del mismísimo Carlos Sainz, la pesadilla de Alonso en forma de pedrusco dio al traste con sus opciones.
Dos horas y media estuvieron él y Marc Coma intentando arreglar el trapecio de una de las ruedas que había quedado roto, hasta que llegó el camión de asistencia para ayudarles a reparar el Hilux. A trancas y barrancas consiguieron completar la etapa, previo uso de cinta americana y bridas para arreglar el coche, notablemente dañado.
La organización tenía claro que la primera gran guillotina de este Dakar iba a llegar en el segundo día. Por eso, David Castera decidió que ayer y hoy fueran los primeros días en los que estrenasen el gran experimento de esta edición: entregar el 'road book' con sólo 15 minutos de margen antes de la salida a los copilotos. A diferencia del resto de días, los equipos no pudieron estudiar el recorrido desde la tarde anterior, lo que supuso que la etapa fuese especialmente dura en términos de navegación. Lucas Cruz (de Sainz), Marc Coma (de Alonso) o Álex Haro (de De Villiers) cobraron protagonismo extra en una etapa cortada, además, con neutralización.
«Hemos abierto una parte de la etapa y al final hemos perdido muchos minutos. Hemos tenido que dar media vuelta dos veces. No encontrábamos el camino. Luego lo hemos conseguido, pero hemos perdido mucho tiempo», resumía Sainz al final de la jornada, que completó sexto con algo más de 13 minutos de desventaja sobre el ganador, que fue Giniel de Villiers. El sudafricano y su copiloto, el español Álex Haro, salvaron los muebles para Toyota en un mal día de la escuadra ya que Nasser Al-Attiyah también se dejó once minutos con el vencedor. El segundo puesto de Orlando Terranova le permite colocarse primero en la general, pero tiene a menos de cinco minutos a un Sainz que salvó la jornada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.