Carlos Sainz, sobre el Dakar: «Parece más una gymkana que un rally raid»

David Castera, director del Dakar, se planteó esta edición como un auténtico desafío para la navegación. Después de una etapa de razonable transición en la que incluso pilotos tan experimentados como el madrileño perdieron tiempo, llegó una quinta que fue una auténtica pesadilla desde los primeros momentos. No solo para las motos, que muchas veces sufren más que nadie al ser las primeras competidoras que salen a pista, sino para muchos de los grandes favoritos en coches.

Una situación que acabó con la paciencia del piloto español. «El rally parece más una gymkana que un rally raid», comentaba tras finalizar la quinta etapa, en la que perdió media hora al principio. «Llevo 14 dakares y nunca en mi vida me había perdido en dos días media hora. Esto no es el Dakar. Nunca hemos visto perderse a todo el mundo, buscando el punto de control... Esto no es lo que me gusta. Es más una lotería, esto no es pilotar, estoy bastante harto de esto», continuaba Sainz.

El madrileño no pudo empezar peor el día: antes del primer punto de control ya se había dejado casi media hora. En el GPS en directo y después en un vídeo que compartió la organización en sus redes sociales se vio la desesperante búsqueda de un punto de control que no encontraban o que el sistema de su Mini no validaba. Varias vueltas en círculo, rozando casi los trompos, que daban muestra de cómo Sainz sufrió en una jornada de las más complicadas que se recuerdan en el raid.

Sainz tuvo que tirar de redaños para intentar minimizar esa sangría de tiempo. Mientras sus rivales se le iban con media hora de margen, él comenzó a apretar, obligado ante las circunstancias. Solo una recta final brutal le libró de cruzar la peligrosa barrera de la hora y 'apenas' se dejó quince minutos con el vencedor del día y trece sobre el líder. Visto lo visto, puede sentirse afortunado, especialmente si tiene en cuenta que otros que también se perdieron en el mismo punto pueden decir prácticamente adiós a sus opciones. Es el caso del todocampeón de rallies Sebastien Loeb, que después de perder media hora en la etapa cuatro se dejó otros 50 minutos este jueves.

Nadie se libró, excepto un Giniel de Villiers que estrena su palmarés este año con una victoria surgida, según sus propias palabras, de una «revelación». El buen hacer del sudafricano y de su copiloto, el español Álex Haro, dio una nueva victoria al equipo Toyota, aunque esta vez no fuera un Nasser Al-Attiyah que no llegó al podio.

El que sí lo hizo fue el incansable Stepháne Peterhansel, que sostiene el liderato con fuerza y aumenta la brecha con el catarí. Tras ser tercero en esta caótica jornada, 'Monsieur Dakar' tiene 6 minutos y 11 segundos de ventaja sobre su principal perseguidor y más de 48 sobre su compañero Carlos Sainz.

Kevin Benavides conquistó su primera etapa de este Dakar, tras demostrar un pundonor fuera de toda duda. El argentino se impuso al chileno José Ignacio Cornejo en una jornada muy rápida para ellos en la que supieron aprovechar cómo rodar en grupo y pese a tener una fuerte caída a falta de poco más de 100 kilómetros. El de Salta se dio de bruces contra el suelo y se partió la nariz, pero eso no le impidió ser aún así el más rápido del día aunque solo con un minuto de margen sobre su rival. Ahora es, además, el líder de la general.

Una clasificación cuyo primer puesto rozó Joan Barreda el miércoles y que marró este jueves. Lo avisaba él mismo: abrir iba a ser una pesadilla. No le faltó razón en su predicción y acabó entrando con 19 minutos de desventaja con respecto a Benavides. El lugar de honor como el mejor clasificado fue para Lorenzo Santolino, que volvió a brillar en una etapa de navegación difícil al manillar de la Sherco.

El salmantino se enganchó al grupo que rodaba en cabeza, con Cornejo liderando, y se mantuvo en posiciones altas hasta el final. De hecho, llegó a ser tercero por momentos en meta hasta que un imparable Toby Price le arrebató el bronce de la jornada.

Este viernes será un día clave en este Dakar. El último día antes de la jornada de descanso se presenta como una jornada perfecta para la criba, y así está planificado. El viaje por dunas altas y muy cortadas hasta Ha'il traerá quebraderos de cabeza a quienes no estén especialmente atentos y se espera que algunos, incluso, lleguen a rodar de noche si no tienen su día.