El triatleta grupista que no conoce límites en el esfuerzo

El Grupo presume de contar con uno de los tres triatletas asturianos que han participado a lo largo de la historia en las denominadas pruebas 'ironman'. Con anterioridad lo hicieron David Fernández y Pelayo Menéndez. Se trata del gijonés Pablo Arboleya, policía local en Oviedo de 43 años, quien disputó ya seis competiciones de estas características, que están consideradas de extrema dureza por su intensidad. La entidad de Las Mestas le rindió ayer un homenaje encabezado por el presidente Antonio Corripio, quien en el acto expresó «sentirse orgulloso de tener un deportista de este nivel en el club, que domina la natación, el ciclismo y el atletismo». Arboleya, por su parte, se mostró tremendamente agradecido por un reconocimiento a varios años de esfuerzo en estas carreras.

Y es que el triatleta de la polideportiva sociedad gijonesa cuenta ya una destacada trayectoria en este tipo de pruebas de alta resistencia, que constan de 3.800 metros a nado, 180 kilómetros en bicicleta y un maratón de 42,200 kilómetros, tras tomar parte en las de Calella (2015), Niza en Francia (2016), Kalmar en Suecia (2017), Lanzarote (2019), Embrun en Francia y Conzumel en México (2021).

De todas ellas puso de relieve la dureza de la penúltima de los citadas, que tuvo lugar en tierras galas, «donde hice 5.000 metros en bicicleta con un grandísimo desnivel». Sin embargo, de la que está más satisfecho es de la celebrada en territorio azteca, ya que allí logró el billete para el Campeonato del Mundo de la especialidad que se disputó en Sant George (Utah) el año pasado. «Solo competimos en Estados Unidos 50 españoles en el Mundial y, sin duda, para mí fue la mejor experiencia que tuve en un ironman», precisa. Tras retirarse 1.500 participantes, a 37 grados en una zona desértica, el gijonés logró terminarlo en 11 horas y 31 minutos.

Un problema en el tobillo le obliga a pasar esta semana por el quirófano, donde será intervenido por el doctor Antonio Maestro. Así , su objetivo será recuperarse pronto para intentar llegar en las mejores condiciones posibles a la próxima cita mundialista, que se celebrará el 10 de septiembre en Niza, si bien antes tiene previsto participar a mediados de julio en el ironman de Nueva York, que se aplazó en 2019, aunque todo dependerá de «mi evolución de la intervención», comenta.

El triatleta grupista habla de que su profesión le permite contar con mucho tiempo para dedicar a su preparación. Emplea entre 15 y 22 horas a la semana, en función de la proximidad de la competición. Subraya en este sentido que el año pasado «casi no descanso, pues entrené 352 días e hice más de 16.000 kilómetros en bicicleta».

Arboleya, que solo recibe la ayuda de sus padres para disputar esta especialidad deportiva, se inició en la gimnasia con el técnico grupista Uli para formar parte después de uno de los equipos de base de baloncesto club y luego iniciar una etapa en la natación. «Como ya corría en bici y nadaba, me propuse el reto de los ironman». El primero ya fue hace ocho años.

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