El Telecable dice adiós a la OK Liga

El Telecable se despidió de la OK Liga femenina tras caer eliminado en Mata-Jove ante el Manlléu (2-4) en la prórroga del segundo partido de la semifinal al mejor de tres encuentros. Ahora, las gijonesas se centrarán en la final a ocho europea, que se disputará a finales de este mes en Palau (Barcelona).

Las locales asumieron el control del juego y marcaron el primer gol nada más iniciarse el choque. Además anularon los ataques catalanes y en varias acciones pudieron marcar el segundo gol, pero en una contra empató el Manlléu. El Telecable presionó y con la posesión de la bola desaprovechó una falta directa y una superioridad tras ver Gurri la tarjeta azul. A menos de un minuto para el descanso, María Díez recuperó una bola y, tras revolverse al borde de una esquina del área, se sacó un disparo que se colaba en la portería gijonesa.

Tras el paso por vestuarios, el Telecable salió a darle la vuelta al marcador y encerró en su pista a su rival. A pesar de la férrea defensa catalana, las asturianas generaron ocasiones, aunque fueron atajadas por Hidalgo.

Con el paso de los minutos, el Manlleu se sacudió el control fabril y realizó ataques largos, aunque sus dos mejores oportunidades vinieron en contras. El partido entró en unos minutos de menor intensidad al reducirse las ocasiones hasta que, tras un tiempo muerto, el equipo local puso cerco a la meta catalana y, tras varias oportunidades, Roces igualó a cuatro minutos del tiempo reglamentario para irse el partido a la prórroga.

Un cambio fatídico

En esta fase del partido, el Telecable salió a por todas. Pero, tras varias ocasiones, el Manlléu marcó de nuevo a la contra. A tres minutos del final, el árbitro expulsó con tarjeta roja al entrenador del Telecable, Fernando Sierra, y a Sara Lolo, al sustituir el técnico a esta última por la portera para jugar los últimos minutos con cinco jugadoras de pista, lo que no es reglamentario. La consecuente falta no la anoto María Díez, pero si el rechace. En inferioridad, las gijonesas, a la desesperada, lo intentaron hasta que sonó la bocina.