Sheila Posada, seguida de varias jóvenes promesas, durante el entrenamiento que ayer realizó con el Club Patín Pelayo en la pista de Moreda. PALOMA UCHA

Sheila Posada, la asturiana de las 129 medallas de oro

La deportista gijonesa quiere defender por decimonoveno año consecutivo a España en los World Roller Games de Barcelona

MARÍA SUÁREZ

Martes, 28 de mayo 2019, 01:57

Trabajo, sacrificio y, sobre todo, mucha constancia. Eso hay detrás de cada una de las 129 medallas de oro que ha logrado Sheila Posada (Gijón, 1987), la patinadora del Club Patín Pelayo. Esta exitosa veterana del patinaje de velocidad es a sus 33 años una ... de las deportistas más laureadas del Principado, un referente nacional y un ejemplo de inagotable afán de superación.

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La campeona gijonesa lleva años compaginando el deporte de alto nivel con los estudios, primero, y con el trabajo, después. «Si se tiene un objetivo se hace lo que se pueda por intentar conseguirlo. Yes así como se logra», explica la propia Sheila, que se entrena seis días a la semana cuando no está compitiendo y es además ingeniera de telecomunicaciones.

Nada le ha impedido convertirse en una habitual en lo más alto del podio. Sin embargo, la experiencia le lleva a tener claro que no todo son los metales que uno se cuelga al cuello.La patinadora perdió en 2008 de manera repentina a su padre y ese fue el golpe más duro.

«Marcó un antes y un después en mi vida. No todo es un camino de rosas. Todas las medallas tienen su historia, pero siento más especiales las conseguidas ese año en el europeo de Alemania, o el Mundial en Gijón esa temporada, sin medallas», recuerda la asturiana.

Esta inagotable deportista, que sigue ganando títulos cual 'joven veterana', se subió por primera vez a unos patines con dos años y desde entonces no ha dejado de darles velocidad. Sin embargo, Posada sabe que el patinaje le ha dado mucho más que títulos desde que empezó a «hacer travesuras» sobre ruedas.

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«El deporte te da unos valores únicos. Creces como persona y aprendes a valorar que todo llega a su tiempo. Todo eso ahora se lo puedo transmitir al equipo», explica la gijonesa en referencia a un Club Patín Pelayo del que forma parte y en el que dirige categorías mayores.

Antes de ir al trabajo, Sheila ya realiza una sesión de gimnasio y, al término de la jornada laboral, se enfunda los patines para apurar las horas de luz. Su familia y su pareja son su apoyo incondicional para seguir siendo la más rápida en una modalidad que es mucho más que patinar.

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«Entran en juego varios factores claves como la preparación física, el trabajo mental o, aunque parezca absurdo, el descanso y la alimentación», ilustra la gijonesa, que se ha marcado como meta esta temporada defender la bandera española por decimonoveno año consecutivo en los World Roller Games que albergará Barcelona el próximo mes de julio.

Sheila seguirá entrenando y a disposición de su equipo, pero tras esta temporada dará a su carrera un particular «punto de inflexión». «Competiré en lo que el equipo necesite, pero sin presión. No lo voy a dejar, en absoluto, pero no me marcaré objetivos», avanza la patinadora del club gijonés.

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La cantera asturiana tiene un ejemplo de oro a seguir: el veloz e inagotable que marca SheilaPosada.

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