El salmón llega blindado

José Antonio Martínez, 'Titi', es un reconocido y reconocible ribereño del Sella, a pesar de sus 87 años, que sacó su primer salmón «de unos ocho kilos cuando apenas tenía catorce años». Mañana se pondrá, bien temprano, antes de las 7.15 –hora oficial del inicio de la temporada con muerte–su habitual ropa de pescador parar escudriñar las aguas, concretamente las de Pozo del Barcu, junto al puente de Arriondas, a apenas 300 metros de donde vive, en busca del campanu.

«Algunos días, cuando era un chaval, llegaba al trabajo con dos o tres salmones», se enorgullece. 'Titi' ejemplifica ese 'duelo' épico con el salmón. Y habla de la pesca de esta especie –«antes era fácil, ahora mismo es un milagro»–, de la nueva normativa –«la culpa se la echan a los pescadores de ríos, pero los que acaban con los salmones son los de mar, esos grandes barcos»–, y del futuro de la especie –«cada da ver va a ser peor»–.

De hecho, desde su infancia no ha pasado año en el que no estuviera a pie de río. Ha sido testigo de aquellas décadas de los 50, 60 y 70, con picos de 6.000 ejemplares. En 2023 solo 377 salmones salieron de los ríos asturianos.

Todo juega en contra del salmón, aunque nadie sabe con certeza cómo influyen los factores. Lleva décadas de sobrepesca; los ríos están jalonados por presas y turbinas que le dificultan el paso; la pesca en alta mar también está en la diana; los cormoranes se comen todo lo que haya, y parece que incluso el cambio climático parece que le ha dado la puntilla a la especie –las aguas no son tan frías como, por ejemplo, las de Escocia, por lo que buscan el alimento más al norte–.

El salmón, además, tiene un ciclo de vida muy complejo, lo que hace que sea difícil valorar lo que va a suceder. ¿Cuántos ejemplares se van a sacar? ¿La temporada va a ser mejor o peor?... El Principado ha optado por mantener el cerrojo a las capturas, por 'blindar' a los salmones, por dar continuidad a una normativa proteccionista. ¿Cómo? Con cupos en cada río, cambios en los días de las zonas libres, prohibición otra vez la ninfa desde el 16 de junio...

Lo que se sabe es que el descenso de capturas, el mejor indicador que existe, es una realidad. Existe una tendencia, primero, a que, cada día, haya menos salmones, y, segundo, a que estos sean más pequeños. Ante esta situación, la Administración ha fijado un máximo de capturas del salmón, algo que ya se hizo el año pasado con el Narcea, en todos los ríos. Fija un máximo de capturas de salmón en todos los cauces, con lo que el Sella, Cares, Esva y Eo tendrán un cupo máximo de capturas. Una vez llegado, solo se podrá pescar en ellos en la modalidad de sin muerte. Sin embargo, si uno echa la mirada atrás, parece difícil que esas cifras se alcancen.

Hay años mejores o peores. Pero las cifras que se pescaban hace décadas hace mucho que pasaron a la historia. Las expectativas son altas en el Narcea, donde mañana estarán los primeros 'espadas', aunque, a día de hoy, solo se han visto salmones en el Sella. El campanu del Principado se subastará el lunes en Cornellana, a no ser que se eche a tierra en el Sella, con lo que se abre al pescador la opción de hacerlo mañana, junto al Puente Romano de Cangas, a las 18 horas.

El número máximo de capturas en el Cares se ha fijado en 240 salmones, de los que 80 (subcupo) solo podrán echarse a tierra en las zonas libres. El Sella tendrá asignado en 2024 un cupo de 210 ejemplares (70 en las zonas libres); el Cares-Deva, 120 (subcupo de 40); el Esva, 20 y al Eo, en los tramos asturianos al ser de gestión compartida con Galicia, se le han asignado un máximo de 30 capturas. Y no queda ahí la normativa.

La normativa 2024, tildada de continuista, también incluye como novedades el establecimiento de un cupo por pescador y día en la pesca del salmón sin muerte, la prohibición de ninfas con cualquier lastre de cabeza o perdigón desde el 16 de junio, y las zonas libres se establecen viernes y domingo, no sábados y domingo, lo que era una vieja reclamación de las asociaciones de pescadores.