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La joven nadadora, antes de caer enferma. Reuters

La reina de la natación japonesa vence a la leucemia y se prepara para lograr la gloria olímpica

La joven Rikako Ikee recibe el alta médica después de diez meses y ya piensa en colgarse un oro en los Juegos, pero tendrá que ser en París en 2024

laura gonzález

Jueves, 26 de diciembre 2019, 02:44

El 2019 será para ella un año difícil de olvidar. Rikako Ikee, la reina de la natación en Japón, recibió la noticia más dura de su vida a principios de año, durante una concentración en Australia, en la que empezó a sentirse mal, a ... notar que algo fallaba. En ese momento era la gran favorita para llevarse el oro olímpico en 2020, ante su gente, en Tokio, en los 100 metros mariposa, su prueba estrella, y pelear por ese primer puesto también en los 200 metros libres. Pero todo cambió cuando descubrió que tenía leucemia. Y con solo 18 años. «Todavía me cuesta creerlo y estoy confundida. Sin embargo, es una enfermedad que se puede curar si uno se somete adecuadamente al tratamiento».

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Un diagnóstico fatal que conmocionó al mundo de la natación y al país nipón y que llegó poco después de haber hecho historia, de convertirse en 2018 en Indonesia en la primera deportista en ganar seis títulos (50 metros, 100 metros y relevo 4x100 metros libres, 50 y 100 metros mariposa, relevo 4x100 metros estilos) en los Juegos Asiáticos, donde fue además nombrada MVP de la competición, algo que nunca antes había logrado una mujer. Y con récords incluidos. Una progresión que se cortó de raíz.

En febrero saltó la noticia que la alejaba de su sueño olímpico. Ikee debía parar e iniciar un tratamiento con visitas regulares al hospital. La prueba más dura a la que se había enfrentado nunca, nadar sin parar sin saber cuándo alcanzaría la orilla. Pero ese momento ha llegado. La japonesa ha salido a flote diez meses más tarde, con un alta médica que le ha devuelto las ganas por competir. Ella misma lo confirmó en las redes sociales, asegurando que retomará «lo antes posible» sus entrenamientos y su vida anterior, aunque aún debe esperar a que su médico le permita volver a ejercitarse en la piscina.

Al comienzo de su enfermedad Ikee, que se matriculó en la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Nihon para aprovechar el tiempo convaleciente, aseguró que no iba a renunciar a competir en los Juegos de 2020. Poco después su entrenador confirmó que había retomado la actividad en una bicicleta estática, pero finalmente ha sido ella misma la que ha despejado la duda: no estará en Tokio. «Ha sido un periodo largo y duro, y en lo que concierne a los Juegos Olímpicos, quiero trabajar duro para ser competitiva en 2024 en París y ganar una medalla«.

Una auténtica historia de superación con final feliz. En los diez meses que ha pasado la japonesa en 'stand-by' las muestras de cariño hacia ella no han parado de repetirse por todo el mundo. Una de la más sonadas fue la que protagonizaron en los Mundiales de natación de Gwangju este verano las integrantes del podio femenino de la prueba de 100 mariposa, en la que debería de haber estado la nipona. La canadiense Macneil, la sueca Sjöstrom y la australiana McKeon aprovecharon la presencia de las cámaras para enseñar lass palmas de sus manos, en las que se leía, de forma conjunta, un mensaje para la japonesa Rikako Ikee: «Nunca te rindas». Y eso ha hecho, asegurado que regresa «mucho más fuerte».

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