El paraíso del primer arte marcial olímpico

El protocolo de la territorial, que preside José Ramón Maseda, indica de forma muy clara que los grupos para entrenar son de un total de quince judocas -en otros deportes colectivos esa cifra se reduce a seis- y que la ejecución las técnicas se realiza siempre de forma obligatoria con el mismo compañero. «Es la manera de garantizar nuestra actividad con seguridad», precisa el entrenador grupista, quien añade en este sentido que «si un judoca da positivo se le aísla y no a todo el grupo».

Desde la reapertura de las instalaciones a finales de mayo, el tatami de la polideportiva sociedad gijonesa ha funcionado con regularidad con respecto al de otros clubes de la región que practican la popular disciplina japonesa, que goza de gran aceptación entre los más jóvenes desde hace más de medio siglo.

El Grupo es, de esta manera, la única entidad en el Principado en la que se puede llevar a acabo este deporte combate, que, por sus características de cuerpo a cuerpo, ha estado muy castigado ya que la mayor parte, por no decir la totalidad de los gimnasios, apenas han podido llevar a cabo la actividad, que recientemente han reanudado con muchas restricciones.

Además, las consecuencias del virus han ido más allá de lo esperado en el judo. La Federación Española, por ejemplo, ha perdido cerca de un 80% de sus licencias, lo que refleja la enorme dimensión del problema.

Jairo Rodríguez asegura que en la entidad de Las Mestas se puede hacer judo sin mayores dificultades por la condiciones que reúnen las instalaciones. Especialmente, dice, «porque tenemos dos salas de casi 200 metros cuadrados que permiten entrenarse a los más jóvenes, evidentemente cumpliendo la normativa sanitaria».

Por contra, al no contar aún con un equipo sénior, los judocas grupistas llevan un año sin competición autonómica ni nacional, si bien otras actividades de contacto como la lucha y el kárate han contado con integrantes de sus equipos en los diferentes Campeonatos de España.

Ante esta circunstancia, Jairo Rodríguez ha aprovechado para mejorar otros aspectos como «la técnica y táctica de competición, así como la motivación de los pases de grado», sin olvidar otras tareas como «el trabajo con el psicopedagogo y el complemento que hacemos con la halterofilia».

Pese a la crisis sanitaria, el judo mantiene en la polideportiva sociedad gijonesa, en distintos grupos por categorías y edades, más de un centenar de practicantes, todos ellos federados. El arte marcial que fundó Jigoro Kano ha sorteado con eficacia el virus.