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MARÍA SUÁREZ
Martes, 6 de noviembre 2018, 12:32
Natalia Santabárbara (Bruselas, 1970) cumplió a finales de octubre un sueño para cualquiera en lo que a metas deportivas se refiere: se hizo con el puesto más alto, por cuarta vez consecutiva, en el podio del Campeonato del Mundo de pentatlón moderno en modalidad ... de Triathle (Master A).
Esta asturiana de 'adopción' comenzó a hacer ejercicio físico con sólo cinco años, cuando su madre decidió que sería lo mejor para trabajar su hiperactividad. De aquella niña que comenzó a entender el deporte como forma de vida, hasta la campeona del mundo que ha encontrado en una manera de superarse a sí misma en todos los ámbitos, han pasado más de cuarenta años. «El deporte me ayudó a superar muchos baches, entre ellos el fallecimiento de mi madre cuando sólo tenía quince años. Es una base sólida para el caminar de la vida y para el desarrollo profesional. En mi caso todo comenzó cuando sirvió para calmar a aquel torbellino que era la pequeña Natalia», comenta la propia atleta, que volvió a Asturias con sólo tres años.
En su última participación mundialista, esta ovetense cuya segunda casa es el Centro Asturiano ganó dos oros en modalidad triathle (tiro con pistola, nado y carrera) y dos bronces en la de biathle (nado y carrera). Sin embargo, su hegemonía en la primera era «una hazaña impensable» y los logros en la segunda sólo «alguna medallina» en mundiales y europeos, ya que lo verdaderamente valioso para ella es «disfrutarlo». «El deporte para mí se traduce en sentirme bien cuando entreno y cuando compita, lo que la vida me dé. Empecé con 9 años, y ahora soy la mayor en una categoría en la que participamos atletas entre 40 y 50 años.
Hurghada (Egipto) ha sido otra manera de vivir un aprendizaje, «una experiencia única», relata la propia Santabárbara, que ganó en mixtos ambas medallas con Javier Carnero, su pareja deportiva.
Atletismo, balonmano, baloncesto, natación e incluso bádminton son algunas de las disciplinas en las que esta técnico del área termal de Las Caldas ha disfrutado. Triatlones, medias maratones, carreras solidarias y Laser Run (tiro con pistola laser y carrera), son alguna de las ocupaciones que tiene cuando no trabaja o se entrena en las piscinas con su club, el Ovimaster. «A veces me faltan horas en el día y tengo que priorizar, pero lo importante es organizarse. Me gusta cambiar, evolucionar y aprender, por eso no paro», explica esta autodidacta, que entrena un mínimo de tres días y no más de cinco a la semana en época de competición.
Para Santabárbara tan importante es el deporte, como saber conocerse y ejercitarse de manera coherente. La atleta, apasionada de la escritura, saca tiempo también para publicar y compartir relatos. Algunos de ellos se escuchan en radios solidarias a disposición de los más pequeños y otros, como el de El Lápiz de Juan, han resultado premiados, como escritora.
Natalia tiene un objetivo más allá de las medallas: generar ilusión en los niños, dar valor al esfuerzo y transmitir la idea de que cada uno tiene que hacer lo que le haga sentir bien y aporte serenidad. En su caso, el deporte.
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