Las nuevas piraguas y el remolque para el K-4 español costarán 42.000 euros

La Selección Española de piragüismo, encabezada por Saúl Craviotto (dos veces campeón olímpico y tres veces campeón del mundo), tendrá que entrenarse dos semanas en el embalse de Trasona, en el concejo de Corvera de forma excepcional con un K-4 antiguo después del accidente que se produjo el pasado viernes, unos minutos después de la siete de la tarde, en la autopista del Huerna, a la altura de kilómetro 65.

A causa del fuerte viento, el remolque, primero, se soltó de la furgoneta de la expedición de los palistas del equipo nacional, que regresaban de una concentración en Sevilla y, después, volcó. El accidente destrozó las dos embarcaciones más grandes y cuatro de las más pequeñas de la caravana metálica, que voló hasta la mediana.

«Se ha encargado a la empresa portuguesa Nelo dos nuevos K-4, pero el primero no llegará hasta dentro de quince días, por lo que tendremos que continuar con la preparación con un modelo estándar que tenemos aquí, en Trasona», explica EL COMERCIO el técnico Miguel García.

El percance obligará a la Federación Española de Piragüismo a realizar una importante inversión en nuevo material, que se calcula supondrá un desembolso de, aproximadamente, unos 42.000 euros. El precio de los dos kayaks de cuatro tripulantes asciende a 22.000 euros, mientras que los K-1 cuestan 3.500 euros cada uno, a los que habrá que sumar el remolque, tasado en 6.000 euros.

Pero el problema no es solo el coste, sino el propio material porque está personalizado en muchos de los casos y es, además, de difícil reconstrucción. Las embarcaciones están adaptadas a los fijos del equipo nacional que acudirán a Tokio: Saúl Craviotto, Carlos Arévalo, Rodrigo Germade y Marcus Cooper, actuales subcampeones del mundo.

Las nuevas embarcaciones tendrán que estar listas en el mes de abril porque, hace hincapié Miguel García, «es cuando enviaremos el contenedor a Tokio de cara a la competición de los Juegos Olímpicos». En este sentido, el entrenador luanquín explica que todo se ha reprogramado ya que «se construirá en Portugal un tercer K-4 para entrenarnos hasta que viajemos a definitivamente a Japón».

No obstante, Miguel García considera que «este accidente no alterará mucho nuestra puesta a punto para este importante año olímpico, aunque insiste en que lo más destacado del accidente de tráfico es que «no nos pasó nada en el Huerna porque pudo ser todavía peor».