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Descarga todo su descaro en el agua. En la piscina se encuentra consigo mismo. Se siente explosivo. En competición no le da tiempo a pensar. ... Solo a nadar. Y lo hace muy rápido. La vida de Guillermo Fernández Maguregui, 'Guille' como le conocen todos o 'Guille' Maguregui como a él le gusta que le llamen, consiste en estudiar, comer y entrenar. Este gijonés de 14 años –cumple 15 el próximo mes– es uno de esos jóvenes talentos de la natación asturiana detectados con los que se trabaja, en este caso en el Grupo Covadonga, para impulsarlos a conseguir, progresivamente, objetivos cada vez mayores.
Como cualquier chico de su edad, continúa con sus estudios –se encuentra en Tercero de la ESO en el Colegio La Corolla–, aunque con la agenda apretada para poder dedicar tiempo a todo: va a clase por la mañana y nada de 15.30 a 19.30 horas, seis día a la semana. El Campeonato de España de Invierno de la categoría infantil, disputado este fin de semana en Pontevedra, sirvió, por ejemplo, para volver a descorchar el talento de este joven prodigio. Allí, este diamante asturiano en bruto resplandeció en las piscinas gallegas.
'Guille', dentro del agua, no escucha nada. Está solo en su mundo. Y le gusta competir. Y eso que su rendimiento en esta cita pudo ser aún mejor si la mala suerte no hubiera jugado en su contra, ya que, debido a una mala gripe que todavía le mantiene en cama, solo pudo participar en algunas de su pruebas. Aun así, dio nuevos pasos en silencio y firmó un gran papel en Pontevedra.
A pesar de no estar en su mejor estado físico, el nadador gijonés aprovechó los momentos en los que la fiebre no era tan intensa para brillar. Con sus padres en las gradas de la piscina como testigos y bajo la dirección de los entrenadores Pablo y Patri, consiguió dos medallas de bronce en 50 y 100 metros libre, un quinto puesto en 50 metros braza, y, ya muy mermado, disputó las eliminatorias de 200 metros libre, renunciando a la final B de esta prueba. También se vio obligado a retirarse de las eliminatorias de 200 metros estilos y de disputar la serie principal del relevo 4×100 estilos.
'Relájate y confía'. Esa es una de las frases que retumban en la cabeza de Guille. Nada porque le gusta, no para demostrar algo. Si hay buenos resultados, como viene siendo habitual, mejor, porque hay más motivación. Si no salen, no pasa nada. Pasa página y piensa ya al Festival Olímpico de la Juventud Europea (FOJE), conocido también por sus iniciales en inglés (EYOF), que es un evento multideportivo bienal pensado para los jóvenes atletas de los 50 países miembros de la asociación de Comités Olímpicos Europeos. Y, si no, en el Campeonato de España.
Dicen aquellos que lo conocen o que, por ejemplo, le vieron en Pontevedra que Guille es un nadador como la copa de un pino. De esos que, no lo dude nadie, salen pocos. Muy pocos. Este nadador gijonés es uno de ellos. Es algo innato. Ninguna imagen puede reflejar mejor su éxito deportivo que su sonrisa con una medalla.
Guille fue uno de los integrantes del equipo infantil del Grupo que se desplazó al nacional, que se saldó con un balance, además de las dos medallas de bronce, de un récord de Asturias en catorce años y un total de siete finales.
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