«Nos han mandado de forma clara para casa con esta normativa»

La temporada de pesca del salmón en los ríos asturianos arrancará mañana con la captura del campanu en la modalidad con muerte. Y lo hará con la presencia, como una de sus novedades, del colectivo de pescadores tradicionales, recién constituido. Se crea, entre otras razones, por no compartir los mismos criterios que otras asociaciones de la región.

La normativa más restrictiva impuesta por el Principado hasta el momento ha desembocado en la aparición de nuevas fuerzas como este grupo de pescadores y ribereños que no se sienten representados por otras sociedades. EL COMERCIO reúne a sus más representativos integrantes a las puertas de la primera captura de esta emblemática especie.

Eduardo López 'Villa' (Corvera, 1973) es el portavoz de este nuevo grupo del tradicional arte de la pesca. Insiste en no sentirse defendido por otras asociaciones, afirma que la ley de pesca de este año es la gota que colma el vaso y solicita tomar cartas en el asunto. No cree que se haya tenido en cuenta la problemática social de la pesca fluvial: «Nos echaron de forma clara del río para favorecer a una minoría elitista, que luego pesca en los grandes ríos salmoneros de Europa». Del mismo modo, expresa su disconformidad sobre que solo haya un cupo de salmones en el Narcea ya que entiende que si tan mal está la especie «que lo veden todo». También discrepa sobre que las zonas libres sean por semana y no a partir del viernes, como hasta ahora, porque desde el 1 de mayo solo se podrá pescar en estas partes del río doce o tres días, «lo que nos parece el colmo», puntualiza Villa.

Raúl Sánchez (1968, Pola de Siero), por su parte, dice sentirse muy perjudicado «por cómo se está legislando» y recalca que «hay que mirar más por las condiciones de los ríos y por esta especie que tiene tanto valor en Asturias y que va camino de desaparecer». Este veterano pescador cree que no se combate a los principales enemigos del salmón, como los depredadores, las especies invasoras, y que no se cuida la calidad de las aguas, que considera determinante, ni de las zonas de freza.

El praviano Carlos Álvarez (Peñaullán, 1979), que sacó el último campanu, coincide con Villa en que la normativa es un ataque directo a los pescadores y explica que en los últimos veinte años solo hubo restricciones. «Nos echan del río y nos quitan la pesca de un plumazo», hace hincapié. A su juicio, el plan de gestión es una auténtica falacia porque creen que con hacer un recuento en octubre está todo listo. «A ver qué inversión real realizan», se pregunta en voz alta, al tiempo que recalca que las sociedades «deberíamos de pedir cuentas al Gobierno del Principado».

En este sentido, Fermín Corte Valvidares (Lieres, 1956) dice que «en el Principado no se dejan asesorar» y del mismo modo afirma este destacado ribereño que del borrador que presentan las asociaciones al que luego sale hay un trecho muy grande. Además, muestran su disconformidad con la pesca sin muerte porque «hasta el 2 de abril no podemos venir al río». «Y la nueva normativa nos deja sin pesca y beneficia al que puede pagar cotos», añade.

«La pesca tradicional es una forma de vivir y la nueva norma es un atentado contra la gente trabajadora». Con esta rotundidad se expresa Rubén Vidal (Lugones, 1978) contra la imposición de las zonas libres por semana de la Administración. La ley de pesca de este año es, a su juicio, un atentado contra los pescadores. «A mí me va a ser imposible venir al río. Son muchas restricciones y pocas soluciones».

Pese al enfado por la nueva normativa, que piensan reivindicar desde este nuevo colectivo, todos ellos probarán suerte mañana en busca del codiciado campanu, aunque piensan que no saldrá el primer día. La mayor parte lo hará en el Narcea, aunque otros tirarán la caña en el Sella, pero, en cualquier caso, con la ilusión de echar a tierra el primer salmón de los ríos asturianos. Un tesoro de gran valor para todos ellos.

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