Santiago Varela (Madrid, 1968), considerado como uno de los jueces de mayor prestigio en el mundo de la hípica, ha sido nombrado recientemente jefe de pista de competición de los Juegos de Tokio 2020. Será el segundo español en la historia es ostentar dicha responsabilidad ... tras Nicolás Álvarez de Bohórquez en Barcelona 92. El madrileño, orgulloso y feliz por su nombramiento, hace hincapié durante su conversación con EL COMERCIO en que «es más beneficioso para Gijón que no tenga CSIO, lo importante es que sea cinco estrellas», y pone de relieve la gran «implicación del Ayuntamiento y la ciudad con el concurso».
–¿Qué significó su reciente nombramiento como jefe de pista de los Juegos Olímpicos de Tokio?
–Lo normal es que no te nombren nunca y, si lo hacen, ocurre una vez en tu vida. Se trata de una competición distinta que se hace cada cuatro años dentro de un mundo diferente como el olímpico. Estuve de delegado técnico en los Juegos de Río y aprendí que este deporte es nada más que una pieza de un engranaje muy grande. Al final, para mí, es, a la vez, una alegría y una responsabilidad grande.
–Además será el segundo español en la historia tras Nicolás Álvarez de Bohórquez.
–Es un orgullo porque coinciden varias cosas. Nicolás es un padre y un maestro para mí, además de ser mi mejor amigo. Además, es un honor ser el segundo español en unos Juegos tras los de Barcelona.
–¿Qué opinión le merece este concurso?
–Tiene 76 años de historia, lo que ya dice mucho. La ciudad y el concurso son magníficos y el Ayuntamiento hace un esfuerzo grande por mantenerlo, lo que es muy de agradecer. Es un evento que tiene cosas buenas y menos buenas, pero que en sí está integrado en la ciudad, que es muy importante a la hora de organizar una competición de estas dimensiones.
–¿Perderá mucho si el próximo año no es CSIO?
–Es una discusión que se mantiene desde hace muchos años. ¿Qué es más relevante un CSIO o un CSI? La única diferencia es que no tiene Copa de Naciones, que es la prueba por equipos. Lo importante al final es que sea cinco estrellas, que son los de primera categoría. El de Gijón tiene unas fechas particulares y, por lo tanto, hay que combinarlo con las diferentes programaciones de los jinetes. Yo creo que le va a ser más beneficioso no ser CSIO. El público va a ver más variedad de pruebas, se divertirá y apostará más.
–Gijón tiene una pista de hierba y cada hay más concursos sobre arena geo-textil. ¿Qué prefiere?
–Soy un enamorado de las pistas de hierba. Al día siguiente de terminar el europeo de Madrid, la puse de nuevo. Las naturales tienen una personalidad distinta como Agen, Cagliari, Roma, La Baule y Dublín, entre otras. Técnicamente hablando, el césped hace que los jinetes tengan que buscar el equilibrio de los caballos. Gijón en este sentido es especial.
–¿Cómo ha visto la evolución de los recorridos?
–Empecé a diseñar recorridos en el año 1984 con 15 años y puedo garantizar que ha variado muchísimo, pero la última década está siendo vertiginosa. Hoy en la gran competición es difícil hacer que derriben saltando bien. Lo importante es que los caballos salten bien porque son las estrellas de nuestro deporte
–En Las Mestas gustan mucho los baremos de velocidad y los recortes. ¿Suele tener en cuenta estos aspectos a la hora de diseñar?
–No he diseñado en Las Mestas, pero en todas las partes del mundo gusta la velocidad y los recortes, que es lo que da emoción.
–Los cambios en los obstáculos son cada vez más evidentes, con motivos más novedosos, pero en Gijón hay jinetes que se quejan de la anchura y de la dureza. ¿Se qué manera se podría solucionar esto?
–Si algo tiene Gijón es que ha sido un referente toda la vida para los saltos, tanto técnicamente como estéticamente. Este concurso ha tendido el mejor material del mundo, que es algo difícil. Y ha hecho un trabajo espectacular durante tantos y tantos años por sus obstáculos, lo que es digno de reseñar. Y eso de los jinetes… Al que le va bien no se queja y al que le va mal, protesta.
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