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Los habituales de Las Mestas, y con unos años a sus espaldas, han sido testigos de cómo ha ido cambiando ese sitio donde antes, y también ahora, aprovechaban los descansos para tomarse un café, una cerveza o una hamburguesa. De casta le viene al ... galgo y, ahora es Alfredo García quien, junto a su hermano, Eduardo, se encargan de llevar un negocio que inició su padre hace más de treinta años vendiendo bocatas «en dos hórreos y con una sola toma de luz».
Los más nuevos en sumarse a la cita ecuestre quizá hayan llegado a tiempo para comprobar cómo también desaparecían las clásicas lonas que albergaban una hamburguesería. Ahora se llaman 'box bar' y son unos contenedores que se transportan en camión y que son llegar, enchufar y en una hora. Tampoco es la misma magnitud, de dos chiquillos correteando ayudando al negocio familiar a más de 50 empleados.
Pero lo que no cambia es que «se trata de un evento social donde la gente viene a pasar el día en familia la gente viene a pasar el día en familia, a jugarse 20 eurillos en las apuestas». ¿Y otros tantos con un vino comentando la jugada, no? «Eso, que acierten la apuesta gemela y reinviertan el dinero», bromea.
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