La historia aguarda al abanderado

A sus 35 años, Craviotto ha conseguido estirar su carrera deportiva hasta los que serán sus cuartos Juegos Olímpicos. Una cita, la de Tokio, que le ofrece además una oportunidad única: la de superar el récord de cinco medallas que posee todavía el también piragüista David Cal. Al igual que el palista gallego, que fue abanderado en Pekín 2008, Craviotto portará el estandarte en el desfile de la delegación española durante la ceremonia inaugural en la capital nipona. Así lo determina la normativa del Comité Olímpico Español (COE), pues sus dos oros pesan más en la decisión respecto a otras opciones como Lydia Valentín o Mireia Belmonte, con un oro cada una, toda vez que Rafa Nadal, también doble oro olímpico en individual y dobles, ya fue abanderado en Río 2016.

«Esa es la norma y está aceptada por todos los deportistas. Flaco favor nos haríamos si ponemos al más famoso en vez de al que tiene más méritos», señaló en este sentido Alejandro Blanco, presidente del COE. «Está claro que si se sigue el criterio establecido tendré el honor de ser el abanderado. Es un sueño que me queda por cumplir», explicó por su parte el propio Craviotto.

Campeón olímpico en K-2 500 metros junto a Carlos Pérez-Rial en Pekín 2008, y en K2 200 metros acompañado por Cristian Toro en Río 2016, la plata individual del K-1 200 metros en Londres 2012 y el bronce en esta misma prueba en Río completan un historial brillante, en el que también figuran tres oros mundiales y otros tres europeos, cinco platas mundiales y tres continentales, y dos bronces más en Campeonatos del Mundo, para un total de una veintena de preseas en pruebas internacionales.

Para Tokio 2020, el objetivo está fijado en el K-4 500, la prueba a través de la cual llegó el billete olímpico con el subcampeonato mundial en Szeged (Hungría) de agosto del pasado año. Es una de las grandes opciones de medalla para España en los Juegos, con un equipo formado por Marcus Cooper Walz, Rodrigo Germade, Carlos Arévalo -que sustituyó a Cristian Toro tras la renuncia de éste último por motivos personales- y el propio Craviotto, que funciona como una máquina de precisión. Con la meta cada vez más próxima en el horizonte, el K-4 español trabaja cada día durante más de seis horas en las aguas del embalse de Trasona, el lugar donde afina su puesta a punto a las órdenes del asturiano Miguel García, la persona encargada de llevar el proyecto a buen rumbo.

El 'Dream Team' del piragüismo español alterna entrenamientos en kayak individual centrados en la parcela puramente física con ensayos en equipo orientados a la mejora del aspecto técnico y de coordinación, el más exigente en el K-4. Asimismo, también se han llevado a cabo concentraciones en Valencia con el objetivo de adaptar a la tripulación a un agua salada similar a la de las condiciones en las que competirá en Tokio.

Allí, en la capital del 'país del sol naciente', Craviotto puede cerrar (no le gustan que se diga que serán sus últimos Juegos Olímpicos) una carrera olímpica espectacular, portando la bandera española y quién sabe si también otra medalla como timonel del K-4. Si lo consigue las puertas de la historia se abrirán para él de par en par.