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Joaquín Alonso, flanqueado por Diego Fuertes, Caco Morán y Ángel Legaspe, durante el coloquio de la Fundación en Luarca. DANIEL MORA
«Cuestionar la figura del entrenador es una forma de maleducar al hijo»

«Cuestionar la figura del entrenador es una forma de maleducar al hijo»

Con las vivencias de Joaquín y Caco Morán, la Fundación Escuela de Fútbol de Mareo abordó en un coloquio el rol de los padres en el deporte

IVÁN ÁLVAREZ

luarcA.

Miércoles, 19 de febrero 2020, 00:27

«Cuando llegas a ser profesional te das cuenta de lo importante que es el entorno de los jugadores. Tiene que ayudarlos a crecer, yo en mi casa nunca veía fumar», reivindicó el histórico capitán sportinguista Joaquín Alonso. Sus vivencias y las de Caco Morán apadrinaron el coloquio sobre la influencia de los padres en el deporte que impulsó la Fundación Escuela de Fútbol de Mareo ayer en el colegio valdesano Ramón Muñoz.

El psicólogo deportivo rojiblanco Diego Fuertes condujo más de hora y media de distendida charla, en la que se intercalaron anécdotas y la proyección de varios vídeos documentales sobre jóvenes deportistas y la influencia de su núcleo familiar. Sentados en los pupitres frente a él, una veintena de padres, entrenadores y niños de la academia de tecnificación rojiblanca de Luarca, representada en la mesa de ponentes por su coordinador Ángel Legaspe. Una muestra didáctica del vínculo entre Mareo y el municipio del occidente de Asturias, cuna de la mujer de Joaquín Alonso, natural del barrio de Las Arroxinas. «Estoy identificado con este lugar», aseguró el excentrocampista, que remarcó la importancia de que los progenitores ayuden a sus hijos «sin inmiscuirse en esas ideas técnicas y tácticas».

«Cuestionar la figura del entrenador es una manera de maleducar al deportista y al hijo», proclamó el futbolista que más veces ha vestido la camiseta del Sporting, que recordó sus tardíos inicios competitivos, demorados hasta los dieciséis años porque «hasta esa edad las notas no eran muy buenas». «A mi padre le encantaba el fútbol, pero iba a ver todos mis partidos sin que yo me enterase de que estaba allí», confesó la leyenda sportinguista cuando el psicólogo de la Fundación Escuela de Fútbol de Mareo, Diego Fuertes, le preguntó acerca del interés por el deporte del núcleo familiar más cercano.

Caco Morán: «Estamos protegiendo demasiado a los niños. A nivel de autonomía estamos yendo hacia atrás»«La perfección no existe. Como padres os tenéis que permitir un margen de error», afirmó Diego, psicólogo de la Fundación

Una distancia respetuosa que Caco Morán ilustró con jocosidad a través de una peculiar anécdota. Con 19 años, rebosante de felicidad después de contribuir con su primer gol en El Molinón a derrotar al Albacete en el tramo inicial de la temporada de su debut en la máxima categoría, cruzó la puerta de su casa y se encontró a su familia cenando, sin saber el resultado que se había producido en el partido cerca del domicilio familiar. «De mis padres me gustó la forma de darle normalidad a que fuera, entre comillas, bueno», aseguró el director deportivo de la Fundación. Tras esa conducta, deslizó, también se escondía el anhelo de brindarle un trato ecuánime respecto a su hermano, con una trayectoria deportiva bajo palos en varios clubes de Tercera.

Las injerencias familiares

Entrenador del Juvenil B sportinguista, Caco Morán expuso que durante su lustro en los banquillos de Mareo solo una vez recibió una queja directa del progenitor de uno de sus jugadores, mostrándose contrario a la decisión de algunos clubes profesionales de cerrar los entrenamientos de sus equipos de cantera. «No puedo quitar a muchos de los padres o de los abuelos la posibilidad de que puedan ver a su hijo o a su nieto hacer lo que más le gusta», explicó el excentrocampista, que puso el foco en habituales pautas de conducta erróneas que se reproducen actualmente.

«En nuestros tiempos la autonomía era muchísimo mayor. Estamos yendo para atrás y les estamos protegiendo demasiado. Queremos darles todo y está muy bien, pero les estamos exigiendo menos. Ahora parece que la culpa nunca es de nuestros niños. Antes, si las cosas no funcionaban, la culpa era nuestra», concluyó el técnico, que al igual que Joaquín ha vivido el deporte desde ese doble prisma después de tener un hijo.

«Hay que saber perder para disfrutar después de los triunfos. Vosotros tenéis que disfrutar de lo que hacen vuestros hijos», promulgó el responsable de relaciones institucionales del Sporting, que empleó una frase de su mentor Vicente Miera para subrayar la relevancia de los progenitores. «No se puede jugar al fútbol sin los padres», arguyó sobre el apoyo en los diferentes ámbitos. «La perfección no existe. Como padres os tenéis que permitir un margen de error», concluyó el psicólogo Diego Fuertes.

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