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J. A. G.
Martes, 5 de febrero 2019, 00:09
El Gobierno tiene un problema, al menos, con los usuarios de armas deportivas. Tanto la Federación Española de Caza como la de Tiro Olímpico rechazan por completo el nuevo reglamento de armas redactado por el Ministerio de Interior y piden la retirada «inmediata» del ... borrador. Este jueves finaliza el plazo para presentar alegaciones. Los colectivos damnificados por los planes del Ejecutivo enseñan músculo y aseguran que más de treinta mil personas han registrado reclamaciones a la propuesta.
«El Gobierno nos ha traicionado y lo decimos alto y claro». Quién realiza esta aseveración es Ángel López, presidente de la Federación Española de Caza. Ayer compareció en Madrid junto a su homólogo de la Federación de Tiro Olímpico, el asturiano Miguel Francés. «Es un cúmulo de cosas que nos indignan», explica en conversación con este periódico, «no están limitando, cuando son colectivos que no tienen incidentes». En su opinión, el problema de fondo radica en que hay gente que «empieza a legislar y no conoce el ámbito».
Desde el Ministerio de Interior afirman que se ha elaborado un proyecto de modificación del reglamento de armas que, en estos momentos, se encuentra todavía en el periodo de información pública. «Quieren coartar las libertades individuales de las personas», protesta Ángel López, que acusa al Gobierno de impulsar una iniciativa que nada tiene que ver con las conversaciones mantenidas en los últimos dos años tanto con la Guardia Civil como con el anterior Ejecutivo, del PP.
Entiende López que detrás del borrador se encuentra el Ministerio de Transición Ecológica que intenta poner «una nueva zancadilla a los cazadores». «Se declaran animalistas, contrarios a la actividad cinegética, incluso prohibicionistas», añade el máximo representante de los cazadores en España, que pide al PSOE que se posicione con claridad ante las próximas citas electorales sobre qué planes tiene para la caza.
El nuevo texto establece «nuevas y desproporcionadas limitaciones a productos inocuos como las carabinas de aire comprimido, las armas de air soft y paint ball, los arcos, fusiles de pesca submarina o armas blancas». «El Gobierno debe actuar con justicia y equidad, devolviendo a más de dos millones de deportistas los derechos que los equiparan con otros deportes», advierte Francés, crítico ante el hecho de que el nuevo texto no distingue entre los distintos tipos de armas con el perjuicio que eso representa.
Pone el ejemplo, por ejemplo, de las disciplinas que forman parte del tiro olímpico. «No se explica -avisa- de que pretendan limitar a veinte el número de cartuchos por cargador cuando no pasa en otros países». Recuerda, por citar un caso, que el campeón del Mundo, el español Jorge Ballesteros, partiría con una desventaja respecto a sus rivales y no podría pelear por el título.
Tampoco asume que la reglamentación impida que los tiradores puedan tener más de diez armas, un hándicap para aquellos que compiten en varias disciplinas (cada modalidad requiere un arma especifícia) y pueden sufrir averías durante las competiciones. «Imaginar que a Nadal no le dejan llevar un número concreto de raquetas», subraya.
Una de las cosas que más ha indignado a estos colectivos es la prohibición de que una persona pueda legar a sus herederos su colección armas de fuego. «Son armas que tienen sus permisos y están legalizadas; no se entiende que obliguen a los aficionados a entregar sus bienes a la Guardia Civil».
Solo un paso atrás por parte del Gobierno en su hoja de ruta con la normativa calmaría los ánimos de estos colectivos que se sienten «menospreciados» por parte de la Administración y avisan de las consecuencias que acarrearía en el futuro.
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