Un campo para jugar, nuevo entrenador y construir la plantilla, retos del Belenos

La Federación Española comunicaba la semana pasada al club avilesino que la autorización «excepcional y temporal» cuyo primer plazo había vencido el 31 de marzo, concediendo el área de instalaciones el permiso solicitado por la Fundación Deportiva Municipal por la imposibilidad de acometer las modificaciones necesarias en el césped del estadio Lamela. Conseguido el objetivo de finalizar la temporada en el Muro de Zaro, se le recuerda al club avilesino la necesidad de encontrar y presentar una alternativa de cara al próximo curso.

La vía más probable pasa por adaptar la hierba que se utiliza en el atletismo, con una arena especial que permite fijar las marcas en las especialidades de lanzamientos. Hacer compatible el uso del atletismo con los partidos de rugby es la alternativa que se planteó hace un año, no ejecutada por petición de la FDMA, lo que hizo posible jugar en Llaranes pese a que el terreno de juego no alcanza las medidas de anchura mínimas, que en cambio si se dan en el Quirinal.

Ahora hay que decidir si puede hacerse compatible el uso del césped del estadio de atletismo y realizar los trabajos para que en agosto ya pueda jugar el conjunto de rugby, o si por el contrario se acomete una obra mayor en el Muro de Zaro, en la que sería necesario sacar la piqueta para anular alguna fila la grada de cemento para ensanchar el campo.

Mientras se conoce la decisión definitiva, seguramente el traslado al Yago Lamela, el club que preside Felipe Blanco debe ponerse, si no lo ha hecho ya, manos a obra en busca del entrenador que pueda igualar o superar un listón que Pablo Artime deja muy alto. Además, los jugadores de mejor rendimiento han elevado su valor de mercado. Pronto se irá abriendo el capítulo de renovaciones, bajas y altas.