El Bádminton Oviedo no tiene rival

Todos estos datos cobran una mayor notoriedad si se tiene en cuenta que el conjunto carbayón perdió la categoría la pasada campaña, aunque el descenso no se llegó a consumar por la renuncia del Granada a salir a competir. Tras recibir la buena nueva, el club que preside Nicolas García se puso manos a la obra para tratar de sentar la bases de un nuevo proyecto que pudiese competir con los mejores con mayores garantías y volver a poder luchar por cotas altas como en años anteriores.

El primer paso fue cerrar el regreso de Jonathan Martínez al banquillo en sustitución de Fran Dacal y recuperar jugadores de la casa como Javier Suárez y Laura Álvarez, además de los fichajes del alemán Max Weibkirchen, el polaco Mikolaj Jan Szymanowski, la húngara Ágnes Klára y Alberto Perals, que llegó del Alicante Intercity. Todos ellos se unieron a Vicente Gázquez, Álvaro Leal, Ruth Veiguela, Amaia Torralba y las ucranianas Kristina Sotomayor y Yelyzaveta Zharka, que decidieron quedarse un año más en las filas azules.

Estos movimientos son la clave del éxito de un equipo que «se encuentra en dinámica de campeón» tal y como asegura el entrenador. «No es sólo estar invictos y hacer toda la primera vuelta sin derrotas, sino que de 28 partidos jugados nos hemos llevado 24 y hemos cedido sólo cuatro», afirma Jonathan Martínez, quien asegura además que esta dinámica sin quererlo «te hace pensar en cotas más altas».

Pese al buen hacer, el mensaje en el trabajo en el día a día sigue siendo el mismo, ya que en el vestuario tienen claro que «para conseguir ese nivel de rendimiento necesitamos estar muy enfocados, centrarnos solo en lo que depende de nosotros». La plantilla tiene los pies en el suelo y son conscientes de que el primer objetivo es lograr la permanencia en la élite del bádminton. Un primer paso que tocan con los dedos de la mano tras su buen bagaje.

Para el olvido queda la pasada campaña, en la que el equipo sufrió en sus carnes la peor cara del deporte, como es un descenso de categoría. Tras un profundo análisis después de todo lo sucedido, la mentalidad del equipo ahora es otra. «Los jugadores y las jugadoras tienen ganas de demostrar cosas y el trabajo diario se traduce en entrenamientos con mucha disciplina, mucha ilusión a la hora de abordar cambios tácticos y sobre todo también una conciencia de equipo». En definitiva, un conjunto con «ganas de demostrar que quiere estar arriba» y de pelear de nuevo de tú a tú con los mejores del badminton nacional.