ANDRÉS MENÉNDEZ
Jueves, 9 de septiembre 2021, 04:31
No había mejor forma de hacer ruido. En el Día de Asturias y en los Jardines del Náutico. A las doce de la mañana y con el sol acompañando la festiva mañana. «¿Qué están haciendo?», preguntaba uno de los muchísimos viandantes que terminaron por quedarse ... hipnotizados ante la tan espectacular escena. Porque en esta céntrica explanada ayer muy concurrida, un grupo de jóvenes sorprendían a propios y extraños gracias a unos dinámicos movimientos que terminaban con los deportistas por los suelos. «¡Vaya pasada!», decía uno de los testigos.
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Si alguien no conocía el valtu y ayer fue uno de los tantos transeúntes que cruzaron La Escalerona, la primera impresión sobre esta prácticamente extinta disciplina de lucha tradicional asturiana le dejó seguro cautivado. En 'shock'. «No hay mejor día para presentar el valtu que el Día de Asturias», afirmó la directora general de Deportes, Beatriz Álvarez Mesa. «Nuestro objetivo es recuperar la lucha tradicional, darla a conocer», había señalado antes Belén Rodríguez, presidenta de la Federación de Lucha del Principado.
De origen celta, la lucha valtu consiste en tratar de llevar al contrario al suelo y hacerlo caer de espaldas. Eso se denominaría un valtu perfecto. Aunque se trata de una de las prácticas de lucha con mayor historia y tradición, con el paso de los años ha ido perdiendo fuelle hasta casi desaparecer. Por eso, la Federación de Lucha del Principado 'pelea', y mucho, por tratar de recuperar el valtu. «El objetivo es que se convierta en una modalidad propia», explica Rodríguez. Resulta que, además de tratar de recuperar ese sentido de pertenencia, se trata de una disciplina que lucha por la igualdad: hombres y mujeres son iguales. Todos pelean, tratando de hacer un valtu y mandar a su rival al suelo.
Al grito de «uno, dos, tres» de Iván Álvarez, responsable del proyecto y uno de los grandes promotores para recuperar el valtu, todos los peleadores comenzaron la exhibición realizando unos impresionantes estiramientos. Acrobacias por los aires que cautivaban por igual a gijoneses y turistas. La expectación creció por momentos en los alrededores de los Jardines del Náutico. Sobre todo cuando los deportistas se dividieron por parejas. Porque en ese momento, muy esperado, comenzó la pelea.
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Los atletas, de distintas edades y sexo, se agarraban entre sí antes de retarse, siempre con un profundo respeto. Un brazo estaba situado por del hombro y el otro justo por debajo de la axila. ¿El objetivo? Voltear al contrario. Pero hacerlo de una forma limpia. Demostraron los atletas con sus inmaculadas maniobras que para practicar este histórico deporte asturiano se necesita más técnica que fuerza. Y más concentración que potencia muscular. El equilibrio y el sentido del espacio es también crucial. Terminó la exhibición de valtu con una sonora ovación. Y con muchos curiosos interesados. Un éxito.
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