Asturias tendrá su canal de aguas bravas

Aunque es un habitual paso de deportistas y paseantes –no es sencillo llegar en coche–, el lugar pasa desapercibido. Es el denominado Salto del Puerto, una antigua central hidroeléctrica fuera de servicio durante varios años que fue rehabilitada en el año 1991, situada en el río Nalón, a la altura de la pasarela que une ambas orillas, dentro del término municipal de Oviedo. Allí ha encontrado la Federación de Piragüismo del Principado su particular 'paraíso' para cumplir con un sueño: dotar a Asturias de un canal de aguas bravas. «Es un lugar estratégico, bien situado en el centro del Principado, que cumple con todos los requisitos», afirma el presidente de la territorial sobre un proyecto que anhela y sobre el cual el Ayuntamiento de Oviedo, explica, «nos ha dejado ver que tiene bastante interés en impulsar».

El plan, que se espera pueda estar concretado y realizado en el próximo ciclo olímpico, parte del aprovechamiento de un canal actualmente en activo por la central. No sería, en cualquier caso, un proyecto de gran envergadura –«hay tres niveles de dificultad, pero nosotros no pretendemos que sea del máximo, sino que sea asequible, que nos sirva para promocionar esta disciplina, que cualquier persona pueda acceder»– ya que lo esencial, el canal, está construido, cuenta con una longitud que cumple con los requisitos –unos 200 metros–, pendiente de adaptarlo a las aguas bravas: dotarlo de piedras, obstáculos, para crear corriente y, a continuación, colocar las puertas que permitirán realizar las maniobras. A ello habría que añadir un espacio para los vestuarios, que podrían ubicarse en uno de los edificios que forman el complejo de la eléctrica EDP, y también la limpieza del canal –tomado en sus orillas por la maleza– y la construcción de una pasarela.

Aunque no se le dio publicidad, EL COMERCIO ha podido saber que la concejala de Deportes de Oviedo, Conchita Méndez, visitó hace, aproximadamente, un par de semanas, en compañía, entre otros, del propio Miguel Ángel Gallo, Manuel Fonseca y representantes de otros organismos implicados, el canal, que vendría a responder a una demanda latente que hasta ahora solo se satisfacía en Trasona y en el río Piloña, a la altura de Infiesto. En ambos casos, en aguas muertas. «En ocasiones, hemos realizado concentraciones puntuales en los Pirineos y en Sabero (León)», dice el presidente de la Federación, testigo de una creciente afición por esta especialidad.

«Tenemos cada vez más niños llamando a la puerta desde que empezamos a desarrollar las aguas bravas. Les gusta y les tiene enganchados. Incomprensiblemente, contamos con todo lo que cualquiera quisiera tener para impulsar un proyecto de aguas bravas y, sin embargo, no contamos con él».

El desafío de la territorial que preside Miguel Ángel Gallo de convertir el agua del río en un polo deportivo y turístico en Las Caldas está en marcha. Después, cuando ya sea una realidad, será el momento de los deportistas de conocer cada rincón para familiarizarse con las corrientes y los obstáculos artificiales de la bajada.