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La noticia, no por ser demasiado inesperada dado su frágil estado de salud en los últimos meses, golpeó ayer con fuerza los cimientos del deporte ya no solo asturiano, sino español y, especialmente, los del voleibol. Seis décadas de legado de esta disciplina deportiva cuyo ... romance el gijonés Antonio Ángel Morales Fernández inició aquel día que un profesor de la Escuela de Peritos le hablara de un deporte nuevo, el balonvolea, que había visto en Madrid. Aquellas clases en un garaje de la avenida de Oviedo, como solía recordar cuando uno conversaba con él, fueron su primer contacto de este siempre fiel defensor del deporte local y de la filosofía de cantera.
Las palabras cariñosas se agolparon como primera respuesta ayer, a partir de primera hora de la tarde, al conocerse el fallecimiento de Antonio Morales en Gijón a los 83 años de edad. Deja atrás una larga y reconocida labor deportiva y un gran vacío. Se definía como una persona trabajadora, tolerante, con muchos amigos y todos aquellos que le conocieron, que compartieron con él esa pasión por el voley, lo corroboran. Una excelente persona, con carisma en todo lo que hacía.
«El 'Presi', como yo le llamaba, fue una persona que dedicó toda la vida al voley asturiano y nacional. Un fanático de este deporte. Trabajó y vivió siempre para el voleibol», dice Juan Carlos Fernández Losada, amigo y compañero de fatigas tanto en su etapa como árbitro como en la de responsabilidad en la Federación Española de Voleibol, golpeado por la llamada recibida mientras entrenaba en el Pabellón Perchera La Braña.
«Coincidimos en una época de gloria en Gijón, con cuatro equipos en la Superliga. Siempre trabajando para traer grandes eventos como la Liga Mundial, la Copa de la Reina, campeonatos de España...», afirma otra histórica como Ángeles García, 'Geles'. «Era un incombustible. Vivía para y por el voleibol», hace hincapié.
Y es que Antonio fue siempre una persona dedicada al deporte que amaba. De ello hablan sus números. Tanto en Asturias como desde Madrid. Como bien recordaba ayer la Federación Española de voleibol en una sentida nota publicada en una red social, Antonio Morales estuvo considerado, durante su época de árbitro activo, como uno de los mejores de España, con más de 160 encuentros internacionales en su trayectoria, siendo los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 su última actuación como árbitro.
A partir de ahí, se dio paso a una larga trayectoria en los despachos que le llevó a ser presidente de la Federación de Voleibol del Principado de Asturias durante 38 años y presidente del Comité Técnico Nacional de Árbitros durante otros 28 años, tras los cuales sería nombrado presidente de honor.
Tras dejar sus cargos en el mundo del voleibol, Antonio Morales solía bromear, explica Geles, diciendo que había trasladado su despacho oficial «a un banco en los Jardines del Náutico, mirando al mar». Hace tres años recibió en Gijón, en el Begoña Park, un sentido homenaje –«una cena con amigos», lo definió él– de todos los colectivos del voleibol español: árbitros, entrenadores, federativos y clubes. Fallecida su mujer, María Soledad Juliana Alvaré, hace unos pocos años atrás, deja tres hijos: María Covadonga, Luis Antonio, 'Toño', que también fuera árbitro de voleibol, y Juan José. «Su pasión era el voley. Deja un gran vacío. Hace unos años nos dijo que los años le pesaban ya. Y lo dejó todo», recuerda Fernández Losada. «Con sus virtudes y sus defectos, nadie puede ponerle un 'pero' a su dedicación. Siempre intentaba traer a Asturias grandes citas, pedía más y más», añade quien se siente «eternamente agradecido porque apostó siempre por mí».
«Desde la Real Federación Española de Voleibol queremos agradecer la labor de Antonio Morales para con el voleibol, siempre defendiendo sus valores y su crecimiento. Del mismo modo queremos manifestar nuestro pesar por tan triste noticia y transmitir nuestro consuelo y condolencias a su familia y allegados».
La capilla ardiente de Antonio Ángel Morales Fernández quedó instalada ayer en la sala 2 del Tanatorio Gijón-Cabueñes. Sus restos mortales serán incinerados mañana en las mismas instalaciones. El funeral por su eterno descanso se oficiará igualmente mañana en la iglesia parroquial de Los Carmelitas, a partir de las 17 horas.
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