Aguas revueltas en el piragüismo

El expresidente de la Federación Española de Piragüismo, ahora asesor de quien ha ocupado la silla de su cargo, empleó, en declaraciones al programa 'La 8 Zamora', la palabra «amaño» a la hora de elegir a los cuatro integrantes del K4 500 que competirá en Tokio 2021, aludió a diferencias en los tiempos del selectivo «poco creíbles» y dijo que «es evidente que este formato del K4 para elegir las plazas no sirve».

Ayer, a las nueve de la mañana, solo se veía en Trasona al técnico luanquín Miguel García y al palista Cristian Toro. No había nadie más preparándose para la prueba contrarreloj, prevista para pocos minutos después en el campo de regatas, en la que deberían haber paleado Craviotto, Walz, Arévalo y el propio Toro. La situación era de una calma tensa terrible.

Las declaraciones del anterior máximo responsable de la Federación rodaron como una bola de nieve que creció y creció con el paso de las horas. Pero el asturiano Miguel García, responsable de la preparación de cuatro de las embarcaciones ganadoras de medalla en los Juegos Olímpicos de Río 2016, Londres 2012 y Pekín 2008, no se atragantó cuando el teléfono empezó a no parar de sonar. Llamadas, mensajes, whatsapp... Parecía tranquilo. Al menos, lo aparentaba.

Fueron minutos de confusión antes de que se tomara la primera decisión. La cancelación de la prueba contrarreloj. «El test previsto no se ha disputado porque los deportistas, después de todo este maremágnum, no están en condiciones de aportar el 100% en cada prueba», dijo el luanquín. Y la segunda. La suspensión del resto de pruebas programadas para esta semana. La tercera llegó ya entrada la tarde con un comunicado de la Federación, que explicaba que la tripulación del K4 500 quedará decidida esta semana, tras acordar que hoy continúe el proceso de selección. Será la combinación que acredite el mejor tiempo la que competirá en la Copa del Mundo, que se disputará en Szeged del 14 al 16 de mayo, y, si consigue un puesto de podio, los cuatro deportistas que la componen tendrán asegurada su presencia en Tokio.

El piragüismo fue el deporte que más medallas de oro dio en los Juegos de Río. Ahora, los interrogantes siguen flotando sobre el agua. El altísimo nivel del piragüismo español y las plazas limitadas para Tokio obligan a la Federación a hacer descartes, a organizar unas pruebas selectivas. Por esos estos días han estado peleando, y lo seguirán haciéndolo, en Trasona los seis palistas aspirantes a las cuatro plazas que dan acceso a la cita olímpica: tres campeones olímpicos –Saúl Craviotto, Cristian Toro y Marcus Walz–, un finalista en Juegos –Rodrigo Germade– y dos medallistas mundiales –Carlos Arévalo y Carlos Garrote–, todos ellos son subcampeones mundiales de K4 500.

Las palabras de Juan José Román Mangas enturbiaron, sin embargo, el agua. «Es evidente que este formato del K4 para elegir las plazas no sirve», dijo el asesor de la junta de la Federación Española, que llegó a afirmar que a algunos palistas «les han engañado vilmente», que también apuntó al trabajo del entrenador –«debería mirar por los intereses de la Federación, de su país, de la selección, y no por intereses de algunos de los palistas»–, y que dejó entrever que algunos piragüistas 'decidieron' entre ellos qué integrantes acudirían a los Juegos.

Señaló el anormal comportamiento de algunos palistas –«yo no sé si es Saúl o Arévalo, digo que el proceso está viciado»–, que habrían, a su juicio, remado más lento en las dos primeras series para favorecer a algunos compañeros en detrimento de otros. «Te das cuenta de que las intensidades con las que compiten en la serie del día 7 comparadas con las del día 5 y 6 son abismales. Me refiero a los palistas que conforman cada una de esas embarcaciones, que en algunos casos son coincidentes (solo Craviotto y Arévalo estuvieron en las tres)», señaló.

Estas palabras no gustaron, por ejemplo, a algunos presidentes de territoriales. «Como asesor, son unas declaraciones irresponsables y, como aficionado, desafortunadas», dijo el presidente de la Federación Asturiana, Miguel Ángel Gallo. Su homólogo gallego, José Alfredo Bea, pidió directamente su dimisión: «No entendemos unas declaraciones que faltan no solo a la honorabilidad de estos campeones, sino también al técnico que ha conseguido cuatro medallas para España. Tiene que ser cesado fulminantemente».